Cómo plantar un aguacate en casa y cuidarlo para que crezca fuerte y saludable

Con paciencia, luz y algunos trucos de jardinería, es posible hacer brotar un aguacate desde su hueso y disfrutar de una planta verde y llena de vida en casa

Matthias Oben

Cómo plantar un aguacate en casa y cuidarlo para que crezca fuerte y saludable

Caterina Ruiz Ponce

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

El aguacate es mucho más que un alimento de moda: es una planta con encanto, hojas brillantes y un crecimiento sorprendentemente rápido si se cuida bien. Cultivarlo en casa es un proyecto sencillo y muy gratificante que requiere constancia, luz y unos pocos cuidados básicos

Para empezar, hay que preparar el hueso. Extrae el hueso de un aguacate maduro, límpialo con cuidado y déjalo secar unas horas. Después, clava tres o cuatro palillos en su parte central y colócalo sobre un vaso con agua, de modo que la parte inferior quede sumergida. Sitúa el vaso en un lugar luminoso, pero sin sol directo, y cambia el agua cada dos o tres días. En tres a seis semanas, el hueso se abrirá y aparecerán una raíz hacia abajo y un pequeño brote hacia arriba. Cuando este brote mida unos 10 o 15 centímetros, será el momento de trasplantarlo.

El siguiente paso es el trasplante y la elección de la tierra. Para que la planta crezca con fuerza, utiliza una maceta de al menos 30 centímetros de profundidad y un sustrato con buen drenaje, preferiblemente una mezcla de tierra universal, compost orgánico y un poco de arena. Planta el hueso dejando un tercio fuera de la tierra y colócalo en una zona cálida y luminosa, pero evita el sol directo en las horas más intensas del día. En cuanto al riego, debe ser moderado y constante. La tierra debe mantenerse húmeda, pero nunca encharcada, ya que el exceso de agua puede pudrir las raíces.

Los cuidados básicos del aguacate son sencillos, pero importantes. Necesita mucha luz natural, por lo que si lo tienes dentro de casa, colócalo cerca de una ventana orientada al sur o al este. En cuanto a la temperatura, su rango ideal está entre 18 °C y 25 °C, y no tolera las heladas, por lo que durante el invierno es mejor mantenerlo dentro de casa. Antes de regar, toca la tierra: si está húmeda, espera unos días. Además, cada dos o tres semanas puedes añadir fertilizante orgánico líquido o compost natural para nutrir la planta y favorecer su desarrollo.

A medida que crezca, es importante estimular su crecimiento. Cuando el brote alcance los 30 o 40 centímetros, corta ligeramente la punta para fomentar que la planta se ramifique y gane densidad. También conviene girar la maceta cada pocos días para que la luz llegue de manera uniforme y la planta no se incline hacia un solo lado.

Durante el proceso, pueden aparecer algunos problemas comunes. Si las hojas se vuelven amarillas, puede deberse a un exceso de riego o a una falta de nutrientes: reduce la cantidad de agua y aplica fertilizante equilibrado. Si las hojas se secan o se ponen marrones, el ambiente puede estar demasiado seco; pulveriza agua sobre ellas o coloca un recipiente con piedras y agua bajo la maceta para aumentar la humedad. Si las hojas caen, probablemente sea por cambios bruscos de temperatura o corrientes de aire, así que procura mantener la planta en un ambiente estable.

Y llega la gran pregunta: ¿dará frutos? La respuesta es sí, aunque con paciencia. Un aguacate cultivado desde su hueso puede tardar entre cinco y diez años en producir frutos, y solo lo hará si se encuentra en un entorno cálido, con mucha luz y suficiente espacio. Aun así, incluso si nunca fructifica, su valor ornamental y la satisfacción de verla crecer hacen que valga la pena.

En definitiva, plantar un aguacate en casa es una experiencia verde y terapéutica. Ver cómo un simple hueso se transforma en una planta frondosa enseña paciencia, constancia y amor por la naturaleza. Con un poco de agua, luz y cuidado, pronto tendrás un rincón verde en tu hogar que te recordará que las cosas buenas requieren tiempo y dedicación.