¿Qué día de octubre se cambia la hora y qué efectos tiene?
Cada otoño e invierno, cuando se acerca el momento de ajustar los relojes, reaparece un debate persistente sobre el tema
Cambio de hora
Barcelona - Publicado el
4 min lectura
Cada otoño e invierno, cuando se acerca el momento de ajustar los relojes, reaparece un debate persistente: ¿merece la pena cambiar la hora dos veces al año? Diferentes organizaciones y administraciones públicas en todo el mundo han firmado a favor de la eliminación del cambio estacional del horario en Europa para 2026. Con la llegada del otoño, en octubre cambiamos al conocido como horario de invierno: se realiza el último domingo del mes, por lo que será la noche del sábado 25 al domingo 26 de octubre. En esta ocasión, tocará retrasar una hora el reloj. Esto significa que cuando sean las 3 h de la madrugada pasarán a ser las 2 h, por lo que dormiremos una hora más.
El cambio de hora se aplica dos veces al año: en primavera se adelanta una hora (horario de verano), y en otoño se atrasa (horario de invierno). El objetivo histórico ha sido optimizar el uso de la luz solar, ajustando las actividades humanas para aprovechar más las horas de luz natural, lo que supuestamente contribuiría a un ahorro energético.
El próximo ajuste se realizará la madrugada del domingo 27 de octubre y esto implicará amaneceres más tempranos y atardeceres más breves, lo cual influye en los hábitos cotidianos y en la percepción del día.
Impacto en la salud y el ritmo biológico
El cambio horario afecta directamente a los ritmos circadianos del cuerpo humano, es decir, los ciclos biológicos que regulan funciones como el sueño, la digestión y la actividad hormonal. Estos ritmos están influenciados principalmente por la luz solar. Modificar artificialmente el horario rompe este equilibrio, lo que puede derivar en alteraciones del sueño, fatiga, irritabilidad y disminución del rendimiento cognitivo y físico.
Cambio de hora
Los efectos no se limitan a una sola noche. El organismo puede tardar varios días en adaptarse al nuevo horario, y en ciertos grupos poblacionales —como niños, personas mayores o individuos con trastornos del sueño— la adaptación puede ser más lenta y provocar trastornos prolongados.
Además, algunos estudios relacionan el cambio de hora con un ligero aumento de problemas cardiovasculares justo después del ajuste, debido al estrés fisiológico que conlleva el desajuste horario.
Consecuencias sociales y económicas
El cambio horario también tiene repercusiones sociales y laborales. La alteración de los horarios influye en los hábitos de sueño, de alimentación, en los desplazamientos y en la productividad. Cambios repentinos en la rutina afectan la concentración, aumentan la sensación de fatiga y pueden elevar el riesgo de accidentes de tráfico o laborales.
Desde una perspectiva económica, se ha argumentado durante años que el cambio de hora permitía reducir el consumo energético, al aprovechar mejor las horas de luz natural. Sin embargo, las investigaciones más recientes ponen en duda ese beneficio. En contextos actuales, con un mayor uso de dispositivos electrónicos y climatización artificial, los patrones de consumo eléctrico han cambiado, y el ahorro energético real es mínimo o inexistente, según varios estudios.
Una iniciativa europea para suprimir el cambio horario
Frente a estos impactos, ha surgido un movimiento internacional que busca eliminar definitivamente el cambio de hora. Más de 200 entidades han apoyado la Declaración de Barcelona, un documento que insta a las instituciones europeas a implantar un horario fijo durante todo el año. La propuesta contempla adoptar el horario de invierno de manera permanente, ya que es el que mejor se ajusta al ciclo solar natural, favoreciendo el descanso nocturno y reduciendo la exposición a luz artificial por la noche.
Esta iniciativa se alinea con los objetivos de bienestar físico, salud mental y eficiencia productiva que muchas ciudades y países están adoptando en sus políticas públicas. Aunque la decisión debe tomarse a nivel europeo, los firmantes esperan que la eliminación del cambio horario pueda entrar en vigor entre 2026 y 2027.
Un modelo más coherente con la vida cotidiana
La propuesta de mantener un solo horario durante todo el año busca reducir el impacto negativo sobre la salud, mejorar la calidad de vida y proporcionar una mayor estabilidad horaria para toda la población. En un contexto de crisis climática, donde también se discuten nuevos hábitos de consumo y sostenibilidad, este cambio también se interpreta como una oportunidad para adaptar el modelo de organización social a los ritmos naturales del entorno.
La eliminación del cambio de hora supondría también una simplificación en la gestión de horarios en sectores como el transporte, la educación, el comercio y la atención sanitaria, donde la coordinación horaria tiene implicaciones operativas y económicas relevantes.