Consejos para preparar tu casa frente al frío y mantenerla cálida todo el invierno

Pequeños cambios en noviembre que marcan una gran diferencia cuando bajan las temperaturas

Getty Images

Consejos para preparar tu casa frente al frío y mantenerla cálida todo el invierno

Caterina Ruiz Ponce

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

Cuando las temperaturas empiezan a descender, la casa es el primer lugar donde notamos ese cambio repentino: suelos fríos, corrientes inesperadas, sensación de humedad o habitaciones que ya no se calientan como antes. Por eso, noviembre es el momento ideal para poner tu hogar a punto y evitar problemas que, más adelante, podrían resultar incómodos o costosos. Preparar la casa para el frío no requiere grandes reformas, sino una combinación de trucos sencillos, buenos hábitos e ideas prácticas que marcan una enorme diferencia. 

Uno de los aspectos más importantes es revisar por dónde se escapa el calor. Las ventanas y las puertas suelen ser los puntos críticos, así que conviene comprobar si entra aire por los bordes. Una solución económica y muy efectiva es colocar burletes adhesivos, que sellan los marcos y evitan corrientes frías. También es recomendable apostar por cortinas gruesas o térmicas, que actúan como una barrera adicional durante la noche, cuando más baja la temperatura.

El suelo es otro foco habitual de pérdida de calor. En casas con baldosas o superficies frías, notarás un cambio inmediato si colocas alfombras de invierno, ya que aíslan y mantienen mejor la temperatura. Para potenciar ese efecto, existe la opción de añadir láminas aislantes debajo de la alfombra, muy útiles en habitaciones donde el frío del suelo es más intenso.

La calefacción, sea del tipo que sea, necesita un pequeño mantenimiento antes de la temporada fuerte. Si tienes radiadores, es fundamental purgarlos para eliminar el aire acumulado y mejorar su rendimiento. En el caso de estufas, bombas de calor o emisores térmicos, conviene limpiar filtros y rejillas para asegurar que funcionan de manera eficiente. Un aparato limpio no solo calienta mejor, sino que también consume menos energía.

Otro recurso muy efectivo es aprovechar el calor natural del sol. Durante el día, levantar persianas y abrir cortinas permite que la luz entre y caliente las estancias de manera gratuita. Por la noche, en cambio, es importante cerrar bien y cubrir las ventanas, ya que la mayor parte del calor se escapa por ellas.

La humedad también tiene un papel clave en la sensación de frío. Una casa ligeramente húmeda se siente más fría, por lo que conviene ventilar cada mañana durante unos minutos, incluso en invierno. Además, puedes usar deshumidificadores naturales, como sal gruesa o carbón activo, para controlar los puntos donde la humedad se concentra con facilidad. Esto no solo mejora la temperatura percibida, sino que evita malos olores y manchas de moho.

En la cocina y el baño también puedes aplicar pequeños trucos. Tras usar el horno, dejar la puerta entreabierta ayuda a aprovechar el calor acumulado. En el baño, colocar alfombrillas gruesas y poner burletes en la puerta garantiza que el vapor caliente no se escape tan rápido.

Para reforzar la sensación de calidez general, noviembre es un buen momento para sacar mantas, nórdicos y textiles de invierno. Antes de utilizarlos, es recomendable airearlos y lavarlos si llevan meses guardados. Los tejidos suaves y cálidos no solo abrigan, sino que transforman la casa en un espacio más acogedor.

También puedes mejorar el aislamiento redistribuyendo algunos muebles. Separar camas, sofás o armarios de las paredes exteriores reduce la sensación de frío y permite que la calefacción circule mejor. Además, cerrar habitaciones que no utilizas ayuda a concentrar el calor en las zonas donde realmente lo necesitas.

En resumen, preparar tu casa frente al frío se basa en gestos simples, soluciones económicas y un poco de previsión. Si empiezas ahora, cuando el invierno aún está asomando, podrás disfrutar de un hogar más cálido, confortable y eficiente durante toda la temporada.