Los jóvenes pasan el día enviando mensajes, haciéndose fotos, navegando por redes y miles de gestiones diarias con el móvil, algo que a priori puede parecer sencillo, pero existe la otra cara de la moneda, las personas mayores que cada día sufren más con esta digitalización. La llamada brecha digital.

Tenemos que ser conscientes de que las personas mayores necesitan ayuda diariamente para hacer sus gestiones, que la mayoría son fundamentales como ir al banco, coger cita para el médico. Ines Martin, jubilada: "No nos queda otra que adaptarnos a la tecnología, los cursos para el uso del móvil son de utilidad para la gente como yo" explica Inés.

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El día a día

Las personas mayores cada vez se sienten más excluidas en un mundo donde todo gira alrededor de la tecnología, cada vez son más los cursos solicitados por parte de las personas jubiladas para aprender a usar un smartphone o un ordenador, porque es necesario recordad que sigue habiendo personas mayores que no han dado paso en sus vidas aun al smartphone, con un móvil que les pueda servir para llamar, para ellos es suficiente.

Es importante también que las personas que vivan con gente mayor, hijos, hijas, nietos o nietas, les ayuden a hacer según que gestiones para evitar esta exclusión. Ines Martin: "Yo por suerte tengo a mi hija y a mi nieta que me ayudan cada vez que quiero hacer alguna gestión importante con el móvil, pero hay personas que no tienen esa ayuda" asegura Inés Martín.

Los bancos, el principal problema

Uno de los mayores problemas que le han surgido a las personas mayores con la digitalización son los cajeros automáticos, son el enemigo número uno a la hora de querer hacer una gestión bancaria, la mayoría prefieren acceder a los interiores de los bancos y que algún trabajador les ayude a hacer esa gestión.

El problema surge cuando se forman colas numerosas dentro del banco y solo para hacer una gestión tan simple como retirar dinero, quizá esa persona mayor tiene que pasar media mañana o incluso hay veces que no les queda otra opción que pelear con el cajero o pedir ayuda a alguien de la zona.

Una de las soluciones sería poner trabajadores exclusivamente para que ayuden en los cajeros automáticos también en ciertas horas del día y de esta manera facilitar o agilizar estas gestiones.

Una tendencia muy habitual es que el hecho de no entender tanto la tecnología, las personas mayores y no tan mayores pueden tener miedo a la hora de utilizar el móvil, descargar aplicaciones o navegar por internet sin que aparezcan virus o estafas, ya que estas personas son más vulnerables y más fáciles de engañar.

Hay que hacer un esfuerzo entre todos para que las personas mayores no queden excluidas totalmente de la tecnología y facilitarles la vida en la medida de lo posible.