El 57% de los consumidores utiliza efectivo para pagar en establecimientos físicos
El uso de metálico baja dos puntos porcentuales respecto al año pasado, mientras que aumentan los pagos con el móvil
El 57% de los consumidores utiliza efectivo para pagar en establecimientos físicos
Barcelona - Publicado el
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El 57% de los consumidores utiliza efectivo como medio principal de pago en sus compras en establecimientos físicos. Así lo indica un estudio del Banco de España, que detalla que el uso de metálico baja dos puntos porcentuales respecto al año anterior, en favor de los pagos con el móvil, que pasan del 11% al 15%. A su vez, la tarjeta bancaria se mantiene como el segundo medio de pago (27%, frente al 30% en 2024). El informe también destaca que Bizum “gana terreno” como medio de pago entre particulares, aunque el efectivo sigue siendo el más habitual. Por perfiles, el organismo indica que los hombres presentan una mayor proporción en el uso de efectivo respecto a las mujeres. La situación se invierte en el caso de la tarjeta bancaria.
Si se analiza por edad, las personas mayores de 54 años utilizan “mayoritariamente” efectivo como medio principal de pago, mientras que entre los 35 y 54 años lo que más se utiliza es la tarjeta. Los más jóvenes se decantan sobre todo por los dispositivos móviles, según apunta el documento.
Por nivel de estudios, la tarjeta es el medio de pago más usado por las personas con estudios medios y superiores. Entre quienes tienen estudios básicos predomina el efectivo.
El 57% de los consumidores utiliza efectivo para pagar en establecimientos físicos
tendencias en la transformación del consumo
Además de reflejar las preferencias de pago actuales, estos datos permiten identificar tendencias en la transformación del consumo y en la digitalización de los pagos. El crecimiento de los pagos móviles y de plataformas como Bizum indica una aceptación creciente de tecnologías financieras digitales, especialmente entre los consumidores más jóvenes. Esto puede tener implicaciones en la planificación bancaria, obligando a las entidades a invertir en infraestructura tecnológica, seguridad y servicios de soporte para estos medios de pago.
Por otro lado, el hecho de que los mayores de 54 años sigan utilizando mayoritariamente efectivo refleja no solo hábitos de consumo tradicionales, sino también posibles barreras digitales, como la falta de confianza en aplicaciones móviles o menor familiaridad con la tecnología. Este grupo poblacional sigue siendo relevante para estrategias comerciales y de atención al cliente, ya que representa una parte importante del gasto en ciertos sectores, como alimentación, farmacia o comercio local.
Asimismo, la persistencia del efectivo entre personas con estudios básicos apunta a la necesidad de políticas inclusivas de servicios financieros, que eviten la exclusión de quienes no acceden con facilidad a medios digitales. La coexistencia de efectivo y pagos electrónicos muestra que el proceso de transición tecnológica es gradual, y que los comercios deben adaptarse a una diversidad de preferencias de pago para mantener la competitividad.
Finalmente, la baja dependencia del efectivo en ciertos grupos abre la puerta a modelos de economía sin efectivo, pero también plantea desafíos relacionados con la seguridad de datos, la privacidad financiera y la regulación de pagos digitales, temas que cada vez cobran mayor importancia en la planificación de políticas públicas y estrategias empresariales.
Por lo tanto, el estudio refleja una transición gradual hacia medios de pago digitales, marcada por un aumento de los pagos móviles y plataformas como Bizum, mientras que el efectivo sigue siendo predominante en determinados grupos, especialmente mayores y personas con estudios básicos. Esto evidencia que la adaptación tecnológica del consumidor es heterogénea y que, para avanzar hacia una economía más digitalizada, es necesario combinar innovación tecnológica, inclusión financiera y seguridad, asegurando que todos los perfiles de usuarios puedan participar plenamente sin quedar excluidos. La coexistencia de métodos tradicionales y digitales seguirá siendo clave en la planificación comercial y bancaria futura.