Ocho años de los atentados de La Rambla y Cambrils entre el olvido y la protesta: "Las administraciones marginan a algunas asociaciones"
Desde el primer aniversario del 17-A, numerosas víctimas y familiares han expresado su profundo malestar por lo que consideran un trato asistencial insuficiente.
Barcelona - Publicado el
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El 17 de agosto de 2017, una serie de ataques terroristas sacudió Las Ramblas de Barcelona y el paseo marítimo de Cambrils. Ese fatídico día, una furgoneta blanca recorrió aproximadamente 530 metros por el paseo central de Las Ramblas, atropellando a numerosos transeúntes desde la calle Buen Suceso hasta el mosaico de Miró, frente al mercado de La Boquería. El ataque dejó inicialmente 15 muertos —incluidos dos niños— y 131 heridos; una turista alemana falleció diez días más tarde, elevando el total a 16 fallecidos.
Horas después, en Cambrils, miembros de la misma célula yihadista protagonizaron otro ataque, apuñalando a varios transeúntes hasta ser abatidos por los Mossos d’Esquadra. La célula había sufrido un contratiempo la noche anterior en Alcanar, en una explosión accidentada que desbarató sus planes iniciales de perpetrar atentados con furgonetas bomba en la Sagrada Familia.
El malestar de las víctimas: abandono y reivindicaciones históricas
Desde el primer aniversario del 17-A, numerosas víctimas y familiares han expresado su profundo malestar por lo que consideran un trato asistencial insuficiente. Muchas denuncian sentirse "engañadas, abandonadas, incomprendidas y tristes" . Robert Manrique, de la extinta UAVAT, ha exigido públicamente la reapertura de una oficina permanente de atención a las víctimas, un protocolo específico post-atentado y una ley autonómica de protección de las víctimas del terrorismo, reclamaciones vigentes incluso años después del suceso
Un artículo reciente reveló que el Ministerio del Interior reconoce a 368 personas afectadas —entre fallecidos y heridos— pero 91 siguen sin indemnizar, y unas 120 no han sido reconocidas como víctimas oficialmente, por lo que ni siquiera recibieron ayuda.
Homenajes previstos para el año 2025: memoria, silencio y tensión institucional
Aunque aún no hay fuentes concretas sobre los homenajes que se realizarán en 2025, se pueden anticipar patrones similares a los de años anteriores:
Acto institucional en Las Ramblas: cada 17 de agosto, el Ayuntamiento de Barcelona organiza un homenaje solemne en el mosaico de Joan Miró, con ofrenda floral, minuto de silencio y música —como la interpretación del Cant dels Ocells— otorgando protagonismo a las víctimas y familiares, sin discursos políticos.
En 2024, las autoridades pidieron “más respeto y sensibilidad” hacia las víctimas, y mantuvieron reivindicaciones institucionales pendientes (como la ley catalana y la oficina de atención).
Homenajes paralelos: la acvot y otras plataformas convocan actos alternativos, habitualmente en la fuente de Canaletes o Las Ramblas, criticando la exclusión del acto oficial y denunciando el trato institucional.
Aunque no hay confirmación, es plausible que en 2025 se reproduzcan estas dos vías de homenaje: uno institucional y otro convocado por la ACVOT o entidades afines. La situación de marginación institucional de la ACVOT y su presidente José Vargas
La Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), presidida por José Vargas, ha denunciado desde comienzos todos los años su exclusión de los actos oficiales. En el primer aniversario (2018), Vargas reprochó a la entonces alcaldesa Ada Colau la falta de invitación al acto municipal y acusó al Ayuntamiento de ignorar a las víctimas representadas por su asociación.
Desde entonces, la ACVOT ha mantenido una línea crítica: celebra su propio homenaje porque, según Vargas, "el consistorio no lo quiere hacer conjunto, ni durante la etapa de Colau ni con el actual alcalde Jaume Collboni".
Esa marginación institucional se encarna en el reclamo permanente de una atención más sensible y proactiva que aún no ha obtenido respuesta efectiva de las administraciones catalanas o estatales. Cinco puntos clave que resumen la situación
Los atentados del 17-A dejaron una marca profunda en Barcelona y Cambrils: 16 víctimas mortales, más de 300 heridos y una célula desarticulada, aunque con revelaciones posteriores sobre fallos de inteligencia.
El malestar de las víctimas no es únicamente emocional, sino institucional y legal: denuncian abandono, falta de atención, indemnizaciones incompletas, y la ausencia de estructuras institucionales permanentes de apoyo.
Homenajes institucionales han tendido a ser símbolos de memoria: reposados, centrados en las víctimas, sin grandilocuencia política, pero insuficientes para sanar heridas relacionadas con el trato recibido durante años.
Actos alternativos, promovidos por ACVOT, UAVAT, Plataforma 17-A y otras entidades, reflejan el desencuentro con la institucionalidad y el deseo de mantener viva la voz de las víctimas marginadas.
La deuda pendiente: en 2025, el reto continúa. Se debe avanzar en legislación autonómica específica, protocolos post-atentado, atención permanente a víctimas y reconocimiento de todas las personas afectadas, no solo simbólico, sino real y sostenido.
Mientras Barcelona recordará el 17 de agosto de 2017 con solemnidad, las víctimas aguardan acciones concretas. La ACVOT, encabezada por José Vargas, continúa siendo símbolo de resistencia institucional y reivindicación. Sin una respuesta institucional decidida, la memoria oficial quedará incompleta y el capítulo del 17-A no podrá cerrarse.