Barcelona se arriesga a perder los fondos europeos para rehabilitar miles de viviendas

La federación de vecinos alerta de que la mala gestión y los cambios en las ayudas impiden reformar edificios con graves deficiencias estructurales

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

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La Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB) ha lanzado una seria advertencia sobre la pérdida de los fondos Next Generation destinados a la rehabilitación de viviendas en la ciudad. Según su presidente, Miquel Borrás, la "mala gestión" y la lentitud burocrática del Ayuntamiento de Barcelona están impidiendo que estas ayudas lleguen a miles de familias que viven en edificios con graves deficiencias. Borrás ha explicado que la situación es especialmente preocupante porque estos fondos europeos tienen una fecha de caducidad: si no se utilizan antes de 2026, se perderán de forma definitiva. A nivel nacional, la ejecución de estas ayudas apenas supera el 20 %, un dato que agrava la urgencia para actuar en los barrios más vulnerables de la capital catalana.

Barrios como la Verneda, Trinitat Vella o el suroeste del Besòs concentran una gran cantidad de estas viviendas, que sufren graves problemas estructurales y de accesibilidad.

Edificios al borde del colapso

El foco del problema se sitúa en cientos de edificios construidos en las décadas de los 50 y 60, muchos de ellos de obra pública de la época franquista que posteriormente se privatizaron. Barrios como la Verneda, Trinitat Vella o el suroeste del Besòs concentran una gran cantidad de estas viviendas, que sufren graves problemas estructurales y de accesibilidad. "Son edificios que en su mayoría tienen 60 o 70 años, con defectos estructurales que llevamos denunciando mucho tiempo", ha señalado Borrás. La federación vecinal ya se opuso en los años 90 a la privatización de estos inmuebles, un proceso que, según denuncian, dejó a los residentes en una situación de total desprotección.

La situación de muchas familias es dramática. El presidente de la FAVB ha descrito un panorama desolador en el que muchos vecinos se ven obligados a convivir con el peligro constante. "Hay vecinos que tienen los techos y las escaleras apuntaladas", ha afirmado. En algunos casos puntuales, los residentes han tenido que ser desalojados de sus casas y llevan meses viviendo fuera, sin una solución a la vista. Este riesgo inminente genera una enorme angustia entre los afectados, que temen que sus hogares puedan sufrir un derrumbe si no se actúa con celeridad.

Esta es la urgencia, evitar que la situación se agrave y se produzca un derrumbe"

Un laberinto burocrático y recortes en las ayudas

Uno de los principales obstáculos para acceder a los fondos Next Generation es de carácter técnico y administrativo. Estas ayudas europeas están diseñadas para financiar mejoras de sostenibilidad y eficiencia energética, pero para poder solicitarlas, los edificios deben cumplir primero unas condiciones mínimas de habitabilidad y seguridad estructural. Según ha explicado Miquel Borrás, existen proyectos de regeneración urbana desde hace años que contemplaban estas reparaciones previas, pero "por una cosa o por la otra, no se han hecho". Sin estas obras estructurales, es imposible optar a las ayudas europeas, lo que condena a los edificios a un deterioro progresivo.

Uno de los principales obstáculos para acceder a los fondos Next Generation es de carácter técnico y administrativo.

A la lentitud administrativa se ha sumado un cambio drástico en las condiciones de las ayudas que ha supuesto un golpe definitivo para muchas comunidades. "Inicialmente, la ayuda cubría en muchos casos entre el 80 % y el 90 % del coste de la rehabilitación, y la gestión la realizaba la administración", ha detallado Borrás. Sin embargo, un cambio de criterio del Ayuntamiento, coincidiendo con el cambio de gobierno, redujo esta cobertura a solo un 40 %. Esta modificación hace inviable que los vecinos, la mayoría de ellos de rentas bajas, puedan asumir el coste restante, ni siquiera con financiación bancaria. "Es muy difícil que puedan asumirlo sin un crédito, y los bancos no lo conceden si no hay un aval público suficiente", ha lamentado Borrás.

Las condiciones cambiaron y han pasado de una ayuda del 80 % a un 40 %"

Una carrera contrarreloj hasta 2026

El plazo para ejecutar los proyectos financiados con los fondos Next Generation finaliza en 2026. Miquel Borrás se ha mostrado muy pesimista sobre la posibilidad de cumplir los plazos. "Seguramente perderemos estos fondos europeos porque hay que hacer primero las otras obras", ha reconocido. La federación ha denunciado públicamente el retraso y la mala gestión de los proyectos, aunque por el momento no han elevado el caso a la Fiscalía para que inicie una investigación formal. La urgencia, insisten, es encontrar una solución para las miles de personas que viven en una situación límite.

El presidente de la FAVB ha comparado la situación con una persona a la que le dan dinero para arreglar su casa y no lo acepta por diferentes motivos. En este caso, la inacción y los cambios de criterio de la administración están impidiendo que se aproveche una oportunidad histórica para dignificar las condiciones de vida en los barrios trabajadores de Barcelona. Sin una rectificación urgente por parte del consistorio, miles de viviendas no solo perderán el tren de los fondos europeos, sino que seguirán abocadas a un riesgo estructural cada vez más grave.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.