la liga
El comandante Martínez
Iñigo se ha convertido en pieza clave para Flick dentro y fuera del campo.
Íñigo Martínez (5) del FC Barcelona celebra el tercer gol de su equipo durante el partido entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid correspondiente a la semifinal de la Copa del Rey en el Estadio Olímpico Lluis Companys de Montjuic en Barcelona, España.
Barcelona - Publicado el
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A los pocos días de firmar su contrato con el Barça me lo crucé en la Rambla Catalunya. Estaba con la familia buscando mesa para tomar algo en una terraza. Casi dos años después le sería imposible repetir la escena sin tener que estar firmando autógrafos y haciéndose fotos sin parar. El Barça ganó en Leganés porque supo jugar el partido, porque Jorge Sáenz se metió en su portería lo que pretendía ser un despeje y porque Iñigo Martínez le quitó de la bota un disparo a Munir que muy probablemente hubiera acabado en la red. El central y el banquillo lo celebraron como si se tratara de un gol. Jugada valor gol como se dice ahora. También ahora se ha puesto de moda que los defensas celebren efusivamente acciones defensivas. Al final del partido el protagonista de la acción declaró que esa salvada para él era como hacer un gol o mejor. No es para menos. En campos como Butarque se ganan ligas, o pueden perderse.
Ernesto Valverde siendo entrenador del Barça ya insistió en traerlo. No se dieron las circunstancias. Llegó libre en Julio del 2023. Reconozco que en su momento no entendí demasiado su incorporación. No me encajaba en la filosofía que Xavi pretendía implementar, básicamente por sus dificultades para salir con el balón jugado. Su primera temporada no fue fácil. Una lesión en el pie nada más llegar le impide arrancar la temporada hasta el mes de Septiembre. Después encadena un par de lesiones musculares a medio curso que le dejan dos meses más fuera. Entre eso y que el equipo no va su primer curso no despeja dudas.
Pero con Flick todo cambia. Iñigo le compra al entrenador su idea y la ejecuta a la perfección. Se ha convertido en el líder de la defensa que más arriesga en Europa, incluso le ha dado para hacer dos goles y dar cuatro asistencias. Su ascendencia en el vestuario ha crecido exponencialmente. Por todo ello Flick le tiene en un pedestal y en las últimas semanas ha puesto especial interés en elogiarlo por su compromiso y liderazgo. Hoy viaja a Dortmund pero muy probablemente mañana esté en banquillo porque está apercibido y el entrenador no querrá arriesgarse a perderlo en unas posibles semifinales. Es pieza clave y ha renovado hasta 2026. El comandante Martínez se lo ha ganado.