Más de lo mismo

El Barça mantiene las virtudes y los defectos de la pasada temporada.

EFE

Pedri, durante el Levante-Barcelona

Joan Batllori

Barcelona - Publicado el - Actualizado

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Nada ha cambiado en el Barça de Flick con la nueva temporada. Si coges el partido del Levante y lo metes entre medio del curso pasado encaja perfectamente. Alguna dificultad para atacar lo que ahora se llama un bloque bajo, tendencia a llevar el balón por fuera, la defensa muy avanzada te genera un alto riesgo, el rival se te adelanta obligándote a remontar y remontas. El del Ciudad de Valencia es un partido muchas veces visto la temporada pasada. Esto acaba de empezar pero el técnico alemán deberá matizar algunas cosas si quiere que el equipo siga progresando. Lo que ha conseguido ya es mucho pero hay margen de mejora sobre todo en dos aspectos: atacar mejor en estático y controlar mejor las transiciones de los rivales.

Tampoco en lo individual han cambiado las cosas. Pedri sigue en un nivel estratosférico, es la luz y la referencia indiscutible del equipo. Cuando van mal dadas acude Lamine Yamal al rescate. No duda el de Rocafonda en cargarse el peso ofensivo a la espalda y tarde o temprano decide. Y sigue Ferran Torres dándole mucho al equipo: movimiento y goles, dos en dos partidos. Tan cierto es que en algún momento nos acordamos de Iñigo Martínez como que con el vasco el Barça también sufrió acciones y situaciones similares a las del sábado.

Trató Flick de probar alguna cosa nueva en Valencia pero no acabó de funcionar. Rashford en la banda para meter a Raphinha por dentro y Casadó junto a Pedri para tratar de controlar las salidas del Levante. El 2-0 en contra al descanso le obligó a volver al libreto tradicional y el equipo lo agradeció. Raphinha a la banda y Olmo en la media punta. El brasileño hace más daño entrando al espacio desde el costado y el de Terrassa se mueve como pocos por dentro, dando soluciones constantemente a los que se mueven a su alrededor.

Lo bueno es que el equipo mantiene las constantes vitales de la temporada pasada. Se sabe poderoso arriba y se ve capaz de levantar situaciones adversas, la confianza y el hambre están intactas. Pero sigue concediendo demasiado atrás y ahí está la clave para que el equipo pueda dar un paso más sobre todo pensando en la Champions. No estuvo exento el partido de polémica. Estaría bien que Hernández Hernández nos explicara por qué la mano de Tchouaméni del último clásico no es penalti y la de Balde sí, más que nada para entenderlo.