Usuarios zamoranos vuelven a sufrir con Renfe: una hora de pie para llegar a Madrid
"No será casualidad que se priorice a los de Galicia justo cuando se han suspendido varias paradas, o si simplemente somos Venezuela", asegura Sandra, una de las usuarias afectadas que ha relatado su caso a través de las redes sociales
Usuarios sin asientos, obligados a tirarse en el suelo del tren Zamora - Madrid
Zamora - Publicado el
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El servicio ferroviario de Renfe en Zamora, que debería ser un medio eficiente y cómodo para conectar a los zamoranos con grandes núcleos como Madrid, se está convirtiendo en una constante fuente de frustración y abandono para sus usuarios. Día tras día, los viajeros se enfrentan a retrasos, supresión de servicios y una sensación palpable de que sus necesidades son ignoradas.
El calvario de viajar sin asiento y sin explicaciones
Sandra, usuaria del tren AVLO, expone claramente esta realidad en su último viaje: "Hoy viajaba en el tren AVLO 04334, salida desde Zamora a Madrid Chamartín. El tren llegó media hora tarde, sin ninguna explicación por parte de Renfe. Al subir, nos dimos cuenta de que nuestros asientos estaban ocupados". La situación empeoró cuando una trabajadora informó que no habría asientos disponibles para los pasajeros que ya habían comprado billete y tenían asignado un asiento: "Nos dijeron que tendríamos que viajar de pie porque todos los asientos estaban ocupados".
Lo que debería ser un derecho básico para los pasajeros que pagan por un servicio es convertido en un agravio. Sandra relata que el motivo del caos fue la avería de un tren en Orense, lo que llevó a una reubicación improvisada de pasajeros: "El supervisor nos indicó que, como se estropeó un tren en Orense, aprovecharon que el nuestro estaba allí para recolocar a los pasajeros. A los que subimos después pensarían que 'que se jodan' porque no había asiento para nosotros".
"He tenido que hacer el viaje sentada en el suelo del vagón 4, sin agua y con un trato deplorable"
Usuaria afectada
Más allá del daño económico —un billete que rara vez cuesta menos de 50 euros—, el problema radica en la falta de respeto y la ausencia de atención a los pasajeros zamoranos. En un viaje de más de una hora, viajar de pie no solo es incómodo, sino también peligroso y extenuante. Para colmo, se negaron servicios básicos como el agua: "He tenido que hacer el viaje sentada en el suelo del vagón 4, sin agua y con un trato deplorable".
No es la primera vez que ocurren estos problemas, y para muchos zamoranos, la reiteración de estos casos parece responder a una prioridad dada a pasajeros de otras regiones, como Galicia, especialmente tras la supresión de varias paradas en Zamora. Sandra incluso se pregunta si "no será casualidad que se priorice a los de Galicia justo cuando se han suspendido varias paradas, o si simplemente somos Venezuela", una expresión cruda que refleja la sensación de abandono y desigualdad que sufren.
Este caso pone en evidencia un problema estructural en el servicio de Renfe para Zamora: una red ferroviaria con recursos limitados, mala gestión y nula comunicación que convierte un derecho básico en una odisea diaria. Mientras tanto, los zamoranos pagan por un servicio que no cumple ni con las mínimas expectativas, dejando a muchos con la amarga sensación de ser ciudadanos de segunda.
Renfe debería tomar nota y poner en marcha medidas urgentes para garantizar que sus usuarios, especialmente en provincias como Zamora, reciban el respeto y la calidad que merecen. Porque más allá de un retraso o la cancelación puntual, está la dignidad de miles de viajeros que solo quieren llegar a su destino en condiciones justas.