Nuka, la foca robot que despierta sonrisas y recuerdos en la residencia San Lázaro de Mayorga (Valladolid)
El robot terapéutico forma parte de un proyecto de la Universidad de Tarragona que busca mejorar la calidad de vida de las personas mayores con demencia a través de la Inteligencia Artificial
Valladolid - Publicado el - Actualizado
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En la Residencia San Lázaro de Mayorga de Campos en Valladolid hay una visita muy especial. Se llama Nuka, tiene forma de bebé foca y aunque no respira ni late su corazón consigue despertar emociones, recuerdos y muchas sonrisas entre los residentes. Este robot terapéutico, diseñado para ofrecer apoyo emocional, ha llegado al centro como parte de un proyecto de investigación impulsado por la Universidad de Tarragona, en el que también participan otras de España.
"El impacto es muy favorable. Ha provocado ternura, risas y expectación"; explica Rosa Isabel del Campo, directora del centro. "Es un primer paso para explorar cómo las nuevas tecnologías pueden complementar el trabajo de los cuidadores y mejorar la atención a las personas mayores con demencia".
Desde que Nuka llegó el pasado 4 de octubre, los residentes de San Lázaro han compartido momentos entrañables con ella. Según Emelin Quevedo, la técnica encargada del trabajo de campo, las sesiones se convierten en pequeñas fiestas de emoción y recuerdos: "Hoy, por ejemplo, una compañera propuso que abrazaran a Nuka y le cantaran canciones. Terminamos recordando melodías de los pueblos y hablando de historias del pasado. Fue precioso".
Nuka no habla, pero emite sonidos y se mueve suavemente, lo que basta para que los mayores interpreten sus reacciones como si fuera un ser vivo. "Le preguntan si está feliz o triste, le ponen nombre propio, y algunos bromean con ella", comenta Emelin entre risas.
"Ha provocado ternura, risas y expectación"
Directora de la Residencia San Lázaro de Mayorga de Campos en Valladolid
Rosa recuerda divertida la reacción de una residente que, al verla por primera vez, se echó hacia atrás y exclamó: "¡Este bicho comerá ratones y de todo!". Anécdotas como ésta demuestran, según la directora, que la experiencia va mucho más allá de la curiosidad tecnológica: "lo importante es que despierta emociones y nos invita a reflexionar sobre nuevas formas de acompañar, sin olvidar nunca que el cuidado humano sigue siendo lo más valioso"
Aunque Nuka sólo estará 15 días en Mayorga, su paso dejará huella. El estudio continuará hasta 2027, y el equipo de San Lázaro espera que, en el futuro, puedan contar con una compañera robótica permanente.
"Terminamos recordando melodías de los pueblos y hablando de historias del pasado. Fue precioso"
Técnica encargada del trabajo de campo
"Las personas mayores han vivido tantos cambios, desde no tener luz en casa hasta usar un móvil o el WhatsApp. Adaptarse a esta nueva era también es parte de su bienestar. Y si la tecnología puede aportar alegría, debemos darle la bienvenida", reflexiona Rosa.
En San Lázaro, Nuka ya se ha ganado un lugar en el corazón de todos.