Un brote de COVID-19 ha sido declarado en la residencia de ancianos Villa de Tordesillas. El número de positivos confirmados se eleva a un total de 23. De ellos, 15 son usuarios y ocho trabajadores.

Según ha informado el Ayuntamiento de Tordesillas, conocidos los resultados de las pruebas PCR se ha procedido a poner "en cuarentena domiciliaria" a los trabajadores. Las instalaciones de la residencia se han "sectorizado" para facilitar el aislamiento de los usuarios contagiados en sus habitaciones. Además, se ha procedido ya a la desinfección de la residencia —de propiedad municipal, pero gestión privada— y se han "intensificado" los controles de seguridad.

El Ayuntamiento sospecha que "el virus fue introducido en la residencia por algún trabajador o por algún residente". En este último caso, durante algún traslado al hospital de referencia. Y es que las visitas familiares "estaban canceladas" desde los "últimos días" del mes de agosto.

“No es cuestión de buscar culpables”, ha afirmado el alcalde de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira. A su paso por Herrera en COPE Valladolid el regidor ha asumido que el hecho de que afloren nuevos contagios en este u otro tipo de instalaciones, tales como los colegios, es “inevitable”, dada la dificultad para poder controlar todos los condicionantes que pueden derivar en un contagio.

Pese a lo "preocupante" de la situación, el Consistorio afirma que la situación está en fase de control. La "mayoría" de los casos confirmados son asintomáticos. En aquellos casos donde sí hay sintomatología compatible con el nuevo coronavirus, estos síntomas "no son de gravedad".

La asistencia a los residentes “no es un problema” tampoco, según Oliveira, quien ha explicado que la empresa concesionaria es “fuerte” y cuenta “con bolsa de empleo”, por lo que “se está reponiendo” el personal. La residencia cuenta, además, con un centro de día. Sus trabajadores “han pasado a planta”, al menos hasta que se incorporen todos los refuerzos.