La hostelería y el comercio de Castilla y León aprovechan el alivio de restricciones

En Valladolid, con 10 grados en el termómetro, los ciudadanos han disfrutado del comienzo del fin de semana alargando las reuniones en las terrazas de los bares hasta las 22:00

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La hostelería y el comercio de Castilla y León han aprovechado la ampliación del horario de terrazas en bares y restaurantes y del interior de los tiendas, un alivio de las restricciones que ha ocasionado que la gente permanezca en la calle dos horas más de lo habitual hasta ahora.

Este viernes ha entrado en vigor la relajación de medidas anunciada por la Junta a principios de semana, que permite la apertura del comercio no esencial y de las terrazas de la hostelería hasta las 22:00 horas, un respiro que posibilita volver a ofrecer cenas a la restauración aunque, por el momento, sin actividad en el interior.

Las terrazas que hasta ayer tenían que recoger a las ocho de la tarde, han permanecido dos horas más gracias a la mejora de la situación sanitaria y al comienzo de la desescalada, lo que ha generado más afluencia de gente en las principales calles de los municipios de Castilla y León.

En Valladolid, con 10 grados en el termómetro, los ciudadanos han disfrutado del comienzo del fin de semana alargando las reuniones en las terrazas de los bares hasta las 22:00, aunque el límite para aceptar clientes se ha establecido media hora antes con el fin de cumplir el toque de queda impuesto a la misma hora.

Un ejemplo es el restaurante La Viña de Patxi, ubicado en la calle Ferrari, donde uno de los trabajadores ha declarado a EFE mientras llenaba su bandeja de bebidas que por el momento "hay muchos clientes" y se nota el alivio que supone poder abrir dos horas más.

En la Plaza de Martí y Monso, una de las zonas más frecuentadas de la ciudad, las terrazas de los bares permanecían repletas e incluso con lista de espera para sentarse a tomar algo, en un lugar en el que la Policía Local patrulla para confirmar que se cumplan el distanciamiento, aforo y el uso de la mascarilla.

Donde también había que esperar para entrar era en las heladerías de la calle Santiago, donde una cola de gente interrumpía el paso de los transeúntes en una vía céntrica y casi tan repleta como en un día habitual antes de la pandemia.

Los comercios, acostumbrados a echar la verja poco antes de las ocho en el último mes de restricciones, se han servido del alivio en los horarios y también han generado algunas colas de clientes, que se ordenaban en la calle respetando el aforo máximo de cada tienda.

Una de ellas ha sido la Peletería Duo, en la calle de los Doctrinos, donde su responsable, María Teresa Fernández, ha echado el cierre una hora más tarde de lo que hacía hasta ahora, en un día que ha notado mucha más afluencia por el centro.

"Se necesita trabajar. Y los bares tienen que estar abiertos, le dan vida a la ciudad. Si la gente puede sentarse a tomar algo es más fácil que vayan de compras, la hostelería y los comercios somos necesarios", ha alegado.