La provincia de España que quiso independizarse y ser su propia comunidad autónoma: no es León y poca gente lo sabe
Esta provincia intentó, cuando se organizaron las comunidades autónomas, ser su propia comunidad autónoma y no depender de Castilla y León
Segovia es una de las provincias que componen Castilla y León
Madrid - Publicado el
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Tras la muerte de Franco y la aprobación de la Constitución de 1978, España entra en una nueva etapa política. El país empieza a organizarse en comunidades autónomas, con el objetivo de reconocer la diversidad territorial, cultural e histórica. Este proceso da forma al mapa autonómico actual, pero no fue un camino fácil ni exento de polémicas.
Cada territorio tuvo que decidir cómo encajar en el nuevo modelo. Algunas regiones históricas, como Cataluña, Galicia o el País Vasco, acceden rápidamente a un alto grado de autogobierno. Otras, sin tanta tradición autonómica, optan por un camino más lento. Y, en medio de esta reorganización, surge un caso poco conocido pero sorprendente: una provincia que quiso separarse del proyecto que se le imponía y convertirse en comunidad autónoma propia. No hablamos de León. Hablamos de Segovia.
Segovia luchó para ser su propia comunidad autónoma
CUANDO SEGOVIA TRATÓ DE SER SU PROPIA COMUNIDAD AUTÓNOMA
En el verano de 1981, mientras se gestaba la comunidad de Castilla y León, la provincia de Segovia decide seguir un camino distinto. Considerando su historia y particularidades, la Diputación segoviana inicia los trámites para convertirse en una comunidad uniprovincial. Sí, Segovia quiso independizarse del proyecto de Castilla y León y funcionar por su cuenta como lo hicieron otros territorios como Madrid, La Rioja o Cantabria.
La idea no era improvisada. La Constitución de 1978 permitía esa posibilidad: si una provincia tenía identidad regional histórica y la mayoría de sus municipios así lo decidían, podía constituirse como comunidad autónoma por sí sola. Y en Segovia, la mayoría de los ayuntamientos –178 de los 210 existentes entonces– votan a favor de la autonomía propia.
La formación de Comunidades Autónomas en 1978 no fue sencilla
Pero no bastaba con que los municipios dijeran “sí”. La ley exigía que el apoyo representara más del 50% del censo electoral, y ahí surgió el obstáculo. La ciudad de Segovia, capital de la provincia y con mayor peso demográfico, se mostró favorable a integrarse en Castilla y León. Eso complicó todo.
Segovia quería ser como La Rioja o Cantabria y no tener que depender de Castilla y León
EL PUEBLO QUE DECIDE SI SEGOVIA IBA A SER UNA COMUNIDAD AUTÓNOMA O NO
En este contexto, un pueblo en particular adquiere un papel decisivo: Cuéllar, la segunda localidad con más población. El pleno municipal se convierte en una especie de referéndum interno que puede inclinar la balanza. Tras una tensa votación en octubre de 1981, el consistorio se decanta por la autonomía segoviana por un solo voto.
Parecía que el proceso iba adelante. Pero días después, la presión ciudadana en Cuéllar –con recogida de firmas incluida– obliga a repetir la votación. Y esta vez, el resultado se da la vuelta: la mayoría del pleno apuesta por que Segovia forme parte de Castilla y León.
A pesar de todo, el deseo de una parte importante de la provincia no desaparece. En enero de 1982, unas 3.000 personas se manifiestan en Segovia capital para pedir que se respete la opción de una comunidad autónoma uniprovincial. Pero el calendario legal avanza y, al llegar el 31 de enero, se agota el plazo constitucional para completar el proceso.
Sin una salida clara, Segovia queda en una especie de limbo administrativo. Durante unas semanas, es la única provincia de España que no pertenece a ninguna comunidad autónoma. Ante esta situación, en marzo de 1983, el Gobierno aprueba la incorporación oficial de Segovia a Castilla y León mediante una ley orgánica. De forma legal y definitiva, se cierra la puerta a su autonomía.
León fue otra provincia que no quiso formar Castilla y León
Sin embargo, la historia no termina ahí. Un grupo de senadores del bloque conservador (Alianza Popular, PDP y UL) presenta un recurso de inconstitucionalidad contra la integración de Segovia. También ponen en duda la legalidad de la inclusión de León en la nueva comunidad. El caso llega al Tribunal Constitucional, que en 1984 avala plenamente la creación de Castilla y León tal y como se configuró. Así, el sueño de una Segovia independiente en lo político se apaga para siempre.
Hoy, pocas personas recuerdan que Segovia estuvo a punto de convertirse en una comunidad autónoma propia. La historia se ha diluido con el paso del tiempo, pero sigue siendo un ejemplo único en el proceso autonómico español. Frente a la conocida aspiración de León por separarse, Segovia fue la primera que lo intentó seriamente y, aunque no lo consiguió, dejó una huella importante en la construcción del mapa territorial que hoy conocemos.