"A todos nos puede pasar" El testimonio de un joven salmantino en lucha contra la enfermedad mental

Las entidades salmantinas de ayuda mutua celebran el Día de la salud mental reivindicando una estrategia sociosanitaria y romper con el estigma

Verónica Martín

Salamanca - Publicado el

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 ¿Quién no ha sufrido en algún momento de su vida algún episodio de ansiedad, de depresión, alguna fobia, o algún trastorno obsesivo compulsivo, por citar algunos de los síntomas más frecuentes de la enfermedad mental? Y si no lo has vivido en primera persona, ¿Quién puede decir que no ha compartido esta realidad con algún familiar, pareja, amigo o compañero de trabajo

Es obvio que de un modo u otro, todos convivimos a diario con la enfermedad mental y la sociedad salmantina visibiliza a quienes lo padecen bajo el lema "Compartimos vulnerabilidad. Defendamos nuestra salud mental".

TOni: el salmantino que supero laS adicciones y vive feliz 

Toni es un joven salmantino que se siente orgulloso de haber superado sus problemas de salud mental, gracias a Ranquines. El centro de Día de ayuda apersonas con enfermedad mental y en riesgo de exclusión social dependiente de Cáritas Diocesana de Salamanca, le ofreció la posibilidad de comenzar una nueva vida lejos de las adicciones y cerca de personas que vivían situaciones similares a la suya. Después ha recibido también ayuda de AFEMC, Salud Mental Salamanca. Tony dice que la estigmatización es la primera barrera que hay que derribar en nuestra sociedad, que "debemos normalizar la enfermedad mental, porque nos puede pasar a todos".

Ciertamente, la salud mental es uno de los problemas más acuciantes de la sociedad actual. Más de 15 millones de personas en el mundo sufren algún tipo de trastorno y en plena conmemoración del Día mundial de la salud mental, queda patente la falta de acceso a tratamientos adecuados, por falta de recursos destinados a su atención.

Un grupo de personas afectadas han participado, junto a los distintos representantes de las principales entidades integradas en Salud Mental Salamanca, en distintas iniciativas destinadas a visibilizar entre la sociedad salmantina esta problemática. En concreto, el Ayuntamiento de Salamanca acogía ayer una recepción oficial, en la que se ha dado lectura a un manifiesto que pone el foco en los colectivos sociales más desprotegidos. Las mujeres, las personas mayores, los niños y adolescentes, las personas en situación de exclusión, personas migrantes o población LGTBIQ+ y los habitantes del medio rural siguen copando las más altas tasas de incidencia de trastorno mental.

El manifiesto DMSM 2025 aboga por la integración real de los sistemas sanitario, social, educativo y laboral. Para conseguir este hito, exigen a las administraciones públicas que se universalice la atención a la salud mental con equipos multidisciplinares, entre otras medidas.

 COMPARTIMOS VULNERABILIDAD, DEFENDAMOS NUESTRA SALUD MENTAL  

Hoy, en el Día Mundial de la Salud Mental, nos reunimos en Salamanca bajo el lema “Compartimos vulnerabilidad, defendamos nuestra salud mental”.

Este lema nos recuerda que la salud mental no es un asunto individual ni aislado, sino un bien común y un pilar de cohesión social. Todos y todas, en algún momento de nuestra vida, atravesamos fragilidades que nos hacen más humanos y nos invitan a construir comunidades más cuidadoras, inclusivas y justas.

Sabemos que no hay salud mental sin justicia social. La pobreza, el desempleo, la vivienda inadecuada, la soledad no deseada, la discriminación y la violencia son factores que aumentan el sufrimiento psíquico.

Por ello, queremos recordar especialmente a:

Las mujeres, sobrecargadas de cuidados y aún expuestas a la violencia machista.

Las personas mayores, que padecen aislamiento y dependencia.

La infancia y la adolescencia, que afrontan nuevas vulnerabilidades en el ámbito familiar, educativo y digital.

Las personas en situación de exclusión, personas migrantes o población LGTBIQ+, que siguen siendo blanco de estigma y barreras sociales.

Las personas que viven en el medio rural, que cuentan con menos recursos y una mayor dificultad en el acceso.

En este punto, queremos hacer especial hincapié y recordar las situaciones de catástrofes y emergencias como las vividas este año en Castilla y León a causa de los incendios. En estos casos el cuidado de la salud mental y la salud emocional resulta fundamental. La vivencia de pérdidas, el desarraigo, la incertidumbre o el impacto colectivo de estos acontecimientos generan un sufrimiento que requiere respuestas rápidas, coordinadas, sostenidas y comunitarias.

La OMS y las Naciones Unidas nos llaman a abandonar los modelos exclusivamente biomédicos y a avanzar hacia un enfoque biopsicosocial y comunitario, basado en los derechos humanos, la participación activa de las personas y la desinstitucionalización.

Esto significa:

Rechazar el estigma y las prácticas coercitivas.

Defender la autonomía y el consentimiento informado.

Invertir en recursos humanos bien formados y con sensibilidad hacia la dignidad.

Apostar por la integración real de los sistemas sanitario, social, educativo y laboral.

Compartir vulnerabilidad no es signo de debilidad, sino de empatía, solidaridad y coraje colectivo. Al hacerlo, fortalecemos el tejido comunitario y defendemos la salud mental como un derecho que nos une a todos y todas.

Por tanto, exigimos a las administraciones públicas, a las instituciones y a toda la sociedad que:

Universalicen la atención en salud mental desde la comunidad, con equipos multidisciplinares cercanos a las personas.

Incluyan la salud mental en todas las políticas públicas, porque la vivienda, el empleo, la educación y la justicia también son salud mental.

Refuercen la prevención y promoción en escuelas, familias, entornos laborales y digitales.

Protejan los derechos humanos de las personas con experiencia en salud mental, fomentando su participación en la toma de decisiones y en su propio proyecto de vida.

Apuesten por la humanización de la atención, erradicando el estigma y garantizando la igualdad de trato.

Aseguren condiciones de vida dignas, libres de pobreza, violencia y discriminación.

Hoy afirmamos con claridad:

Defender la salud mental es defender la justicia social, la equidad y los derechos humanos.

En Salamanca, en Castilla y León y en el mundo, alzamos la voz para que la vulnerabilidad compartida sea reconocida como una realidad desde la que construir un presente y un futuro más humano, solidario y sostenible.