¿Te imaginas vivir cada día sin dos de tus sentidos como son la vista y el oído? "Tengo la sensación de vivir en cumbres borrascosas"

Las asociaciones salmantinas en defensa de los derechos de las personas sordas de Salamanca exigen políticas inclusivas, no compasión

Verónica Martín

Salamanca - Publicado el - Actualizado

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 ¿Te imaginas vivir cada día sin dos de tus sentidos, como son la vista y el oído?

La sordoceguera es la discapacidad que más aísla del entorno y se estima que hay más de 34.000 personas sordociegas en España. Carmela Velasco es la presidenta de la Asociación Discapacidad Auditiva Postlocutiva de Salamanca y aunque nuestra protagonista no es sordociega, si tiene problemas de visión originados por cataratas. Además usa un audífono para poder comunicarse. En declaraciones a COPE Salamanca, explica que la adaptación a este aparato no es fácil, porque el sonido que reproduce el dispositivo, no es igual al que escuchamos quienes no sufrimos sordera dado que no suprime el ruido de ambiente. 

  un estrés mental constante  

Esto provoca un estrés mental constante; "Tengo la sensación de vivir en cumbres borrascosas". Dice que a menudo se aísla del resto del mundo por el agotamiento mental que supone tener que extremar la atención ante cada gesto facial de su interlocutor, mientras el ruido enturbia además el sonido de su voz.

Quienes si oímos y vemos, podemos facilitar la comunicación con todas las personas de este colectivo, solo con minimizar el ruido y establecer contacto visual directo con ellos.

 La población con sordera sigue aumentando cada año  

La población con sordera sigue aumentando cada año. Por eso, las entidades salmantinas que trabajan para mejorar las condiciones de vida de este colectivo, emiten un manifiesto común, para exigir medidas como la instalación de bucles magnéticos en todos los espacios municipales de la ciudad. Pero también se necesitan más intérpretes de lengua de signos. En el ámbito educativo los niños con sordera también deberían tener derecho a aprender las materias en esta lengua. "Del mismo modo que se enseñan otras lenguas como el inglés o el francés también se debería enseñar la lengua de signos en el colegio. No sólo entre los alumnos, sino entre padres y profesores".

Un audífono cuesta a partir de 3.000 euros y los componentes electrónicos de mantenimiento del implante coclear a partir de 400 euros. Por eso exigen además subvenciones para afrontar estos gastos de modo que todas las personas sordas puedan acceder a un audífono sin discriminación por razón de edad.

 MANIFIESTO POR EL DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS SORDAS  

Las tres entidades salmantinas —la Asociación de Padres de Niños Sordos de Salamanca (ASPAS), el Centro Cultural de Personas Sordas (CCSS) y la Asociación de Personas con Discapacidad Auditiva Postlocutiva en Salamanca (SADAP)— unimos nuestras voces para dar mayor visibilidad a una realidad que nos afecta y que, demasiadas veces, sigue siendo ignorada. Atendemos a colectivos distintos —niños con pérdida auditiva y sus familias, personas sordas postlocutivas y personas sordas signantes adultas—, pero hoy hablamos como uno solo, porque compartimos la misma causa: la defensa de los derechos de las personas sordas y la reivindicación de una sociedad más justa, accesible e inclusiva.

Queremos comenzar expresando nuestro agradecimiento al Ayuntamiento de Salamanca por la colaboración y el apoyo que siempre nos brinda, un acompañamiento que valoramos y que nos anima a seguir trabajando. En los últimos años se han dado pasos importantes, como la instalación de bucles magnéticos en algunos centros municipales, algo positivo y necesario. No obstante, aún queda camino por recorrer: es fundamental garantizar que estos recursos funcionen correctamente, extenderlos a más espacios, incorporar señales luminosas y, sobre todo, asegurar una programación cultural plenamente accesible para todas las personas.

La sordera es una discapacidad invisible. No siempre se ve, pero condiciona nuestra vida diaria cuando faltan recursos y accesibilidad. Faltan intérpretes de lengua de signos. Faltan subtítulos en directo. Faltan bucles magnéticos en espacios públicos. Falta información accesible en la sanidad, en la educación, en la justicia, en la cultura. Y cuando todo esto falta, lo que sobra es aislamiento: aislamiento de niños en las aulas, de jóvenes que no encuentran su lugar y de adultos que se sienten apartados de la vida social.

Las cifras nos advierten de un futuro que no podemos ignorar. Cada vez habrá más personas jóvenes con pérdida auditiva y se estima que, en 2050, más de setecientos millones de personas en el mundo necesitarán apoyo y rehabilitación. Sin embargo, sabemos que con pequeñas inversiones es posible cambiar vidas y garantizar un futuro accesible y digno.

Por eso, hoy reclamamos que la inclusión no se quede en un eslogan vacío, sino que se convierta en una realidad palpable. Reclamamos que se derriben las barreras que todavía nos limitan y nos aíslan, que se rompan estigmas y estereotipos a través de la empatía, la comprensión y la información. Reclamamos que las políticas públicas estén verdaderamente comprometidas y garanticen nuestros derechos fundamentales en la educación, la sanidad, la justicia y la cultura.

Y reclamamos, además, el acceso universal a la prestación ortoprotésica: que todas las personas tengan derecho a audífonos sin discriminación por razón de edad. Actualmente, solo se garantiza hasta los 26 años, y esta limitación deja fuera a miles de personas que necesitan este recurso básico para poder comunicarse y participar en la sociedad. Los audífonos no son un lujo: son una necesidad. Y el acceso a ellos debe ser un derecho para todos, en cualquier etapa de la vida.

Las personas sordas somos parte activa de esta sociedad. Queremos vivir, participar y aportar en igualdad de condiciones. No pedimos privilegios: pedimos derechos. Derechos fundamentales, necesarios e inaplazables.

Hoy agradecemos, sí, pero también exigimos. Porque la sordera no nos define, pero sí nos une en la lucha por un futuro más accesible, más justo y más humano para todas las personas sordas.