La iniciativa de un vecino de Valdesangil (Salamanca) para reivindicar la mejora de la carretera: "Si desaparece"

José Sánchez Amor clama a la Unión Europea que reconozca el 31 de marzo Día Europeo de Lucha Contra la Despoblación  

Silvia Merchán

Salamanca - Publicado el

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Pasó ya San Isidro Labrador,  patrón de los hombres y mujeres del campo. Precisamente la organización profesional agraria ASAJA Salamanca ha realizado una valoración sobre la situación que a día de hoy vive el campo. Una situación que califican de abandono. Esta entidad denuncia la pasividad de las administraciones ante cinco crisis que están asfixiando al sector agrario: precios ruinosos del cereal, la fauna salvaje sin control, la sanidad animal insuficiente, las inundaciones por mala gestión hidráulica y los ataques al ganado por los buitres especialmente.

La organización concluye que el campo ya no aguanta más parches. Necesita hechos no promesas. Necesita recursos y necesita que alguien se haga responsable. "No podemos producir a pérdidas, criar ganado sin protección o sembrar cereal que no cubre ni el gasoil. No podemos seguir asumiendo políticas populistas y totalmente absurdas con la excusa de proteger el medioambiente cuando somos el único sector integrado en los ecosistemas" explica Juan Luis Delgado, presidente de la organización profesional.

Pues si el campo se muere, nuestros pueblos también se mueren. Cada vez tienen menos servicios y cada vez queda menos gente. Es la decadencia de la España Rural. 

Nos podemos preguntar quién va a cultivar los campos, a cuidar del ganado o producir alimentos. Igual alguien piensa que nos vamos a alimentar con 3D o con la IA, la Inteligencia Artificial. 

El campo, los hombres y mujeres de los pueblos necesitan que se les mire sí, pero sobre todo que se les apoye y que juntos logremos que el mundo rural sea un mundo atractivo para vivir, para trabajar y para crear proyectos de vida. 

Mientras no creamos en sus posibilidades, el campo, el mundo rural, los pueblos repletos de tradiciones y patrimonio se van apagando.

 José Sánchez reside en un pequeño pueblo en la comarca bejarana. Clama por mantener y ampliar los servicios de su municipio. Es tremendamente reivindicativo.

Valdesangil, el ejemplo de un pueblo reivindicativo

En COPE Salamanca hemos tenido la oportunidad de charlar con un vecino de Valdesangil, es un pequeño pueblo situado en la comarca bejarana que clama por mantener e incluso ampliar los servicios en su municipio. 

Se llama José Sánchez Amor. Está triste e ilusionado a la vez. Triste porque va palpando la muerte anunciada de su pueblo e ilusionado porque se mantiene en sus 13 de pedir a las instituciones lo que es de justicia: servicios para que el pueblo se mantenga e incluso fije población. 

"Éramos 600 vecinos y ahora somos 10. Es un pueblo tranquilo. Tiene los problemas de la España Despoblada. Si nadie lo remedia desaparecerá, hace años que no hay nacimientos", nos dice.

Valdesangil

En el pueblo, existe una tienda de ultramarinos. Se consideran afortunados porque se encuentran a 3 kilómetros de Béjar pero, reconoce, que hay pueblos en Castilla y León que tienen que recorrer muchos kilómetros para ir a médico, ir a la farmacia o sacar dinero. En relación con el consultorio, "el médico viene, afortunadamente, dos días a la semana; excepto cuando tiene guardia en el hospital de Béjar. Entonces, ese día no viene" matiza.

A José y a todos los vecinos desde hace tres años les quita el sueño el arreglo de la carretera DSA 254, previsto en los Planes de la Diputación de Salamanca. Pasa el tiempo y la obra no se ejecuta. Durante estos años se ha mantenido colgada, a la entrada del municipio, una pancarta "Conduce despacio, no nos sobran vecinos" para llamar la atención sobre este problema. 

"No queremos que haya ningún accidente de algún autobús escolar o de algún vehículo, queremos que el proyecto incluya la eliminación de las curvas ciegas y que se ensanche a la llegada del pueblo", manifiesta José que tiene muy claro lo que hay que hacer.  Tiene miedo que su pueblo desaparezca. "Se necesita un relevo generacional porque si no existe, los pueblos se mueren".

José hace la cuenta de la vieja. Jóvenes de su pueblo que tienen ahora unos 30 años dentro de otros 30 o 40 años son mayores. Si nadie viene detrás, no hay esperanza para Valdesangil.

Clama a las autoridades nacionales, regionales y locales para que no escatimen esfuerzos por hacer atractivos los pueblos. 

"Somos pocos pero muy reivindicativos" nos dice José en relación con su pueblo. Explica que el problema de la despoblación de los pueblos no es un problema único de España sino de muchos países de la Unión Europea.  Es tajante "la gente de las ciudades cree que si desaparece un pueblo no pasa nada, no es así; desaparece el medio rural, las tradiciones y, en definitiva, la esencia de un país. La sociedad se empobrece"