Transformar la dehesa salmantina con técnicas de agricultura regenerativa

Duirante cinco años, el proyecto LIFE Regenerate ha ensayado las técnicas en dos fincas: Muñoveral en Salamanca y Caratzu en Cerdeña, Italia.

Silvia Merchán cope.es Salamanca

Tiempo de lectura: 1' Actualizado 14:46

El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA-CSIC) ha acogido la Conferencia Final del proyecto europeo LIFE Regenerate, que ha aplicado diversas técnicas y prácticas enmarcadas en la agricultura regenerativa para transformar la dehesa en un sistema sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental. Así, durante cinco años, el equipo del proyecto se ha centrado en mejorar la calidad del suelo y la masa forestal, aumentar la biodiversidad, aplicar nuevas prácticas de pastoreo y reutilizar los restos de biomasa que se producen en las explotaciones de dehesa.

El proyecto LIFE Regenerate (Revitalización de sistemas agrosilvopastoriles mediterráneos multifuncionales utilizando prácticas dinámicas y rentables) tiene una dotación total de 2,2 millones de euros de los cuales 1,3 (60%) están financiados por el programa LIFE de la Comisión Europea. La iniciativa, coordinada por la Universidad de Extremadura, cuenta con otros cinco socios: el IRNASA-CSIC, la Universidad de Sassari (Cerdeña, Italia), las empresas IDForest y Volterra y la Fundación Naturaleza y Hombre.

En este contexto, el proyecto LIFE Regenerate busca transformar el modelo actual de dehesa a través de prácticas de agricultura regenerativa, bajo la premisa de que estas importantes áreas pueden volverse autosuficientes y rentables si se realiza un uso eficiente de los recursos y se incorporan productos de valor añadido.

COPE SALAMANCA ha hablado con Ignacio Santa Regina, responsable del proyecto LIFE Regenerate. Nos ha contado que se aboga, por ejemplo, por un pastoreo rotacional adaptativo que puede mejorar la producción de pastos, cuidar el ecosistema de la dehesa y fijar población. Los agricultores y ganaderos, nos dice, no tienen paciencia. "Hablan de rentabilidad económica", pero hay que pensar, apunta, también en la social y medioambiental.