Bautizo en la era del Covid-19

El pasado sábado el parroco de la iglesia de San Miguel de Palencia celebró el sacramento de la pequeña Abril

Bautizo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Mascarillas y distanciamiento. Es una de las técnicas habituales en cada cosa que hacemos desde hace un par de meses, todo lo común, lo normal y cotidiano se convierte en estos días en excepcional, debido al coronavirus.

No están exentas de esta "nueva normalidad" las celebraciones religiosas. En las ordinarias las consabidas medidas de distanciamiento se han convertido en rutina. Los bancos repletos de marcas donde poder sentarse separadas por dos metros y el uso de protección facial con mascarillas entre los feligreses. La comunión se convierte en poco menos qué un acto de laboratorio. Guantes e hidrogeles antes de manipular las hostias consagradas e itinerarios para no coincidir en los trayectos después de recibir cuerpo de Cristo en las manos, antes de llevárselo a la boca. Asentimientos de cabeza o un leve levantamiento de mano desde la distancia para dar la paz.

Si las misas habituales se han convertido en algo diferente y muy controlado, imagínense ritos más especiales cómo bodas, bautizos y comuniones.

La iglesia de San Miguel en la capital palentina recibía el pasado sábado el primer bautismo en la era del covid-19. Allí el Párroco Donato Gómez urgía desde la distancia y con ayuda de un algodón a la pequeña Abril, después de que sus padres decidieran qué era el momento de bautizar a su pequeña de casi un año de edad.

De momento es un caso único ya que muchos otros, según indica el propio párroco, han decidido posponerlo. "Tenía varios bautizos programados, pero el hecho de que solo puedan celebrarlo 10 personas invita a muchos a posponerlo para más adelante, tampoco ayuda el hecho de que al convite posterior, después de recibir propio Sacramento, puedan acudir solo unos pocos", señala Don Donato.

"Aquí estamos en fase 1 y acudir a un restaurante es imposible, que la celebración debe continuar en el domicilio particular si acaso y de nuevo con un número reducido de personas. Entiendo que hay gente que prefiere esperar" .

Aún así entre mascarillas y geles, los padres de esta pequeña decidieron que el agua bendita se derramase sobre la cabeza de su pequeña igual que ha ocurrido siempre, con unas instantáneas que reflejarán siempre los meses que vivimos.

Futuro incierto.

Pero los bautizos no son lo único que se está suspendiendo. Muchas de las parejas tenían previsto casarse durante estos meses en San Miguel, una de las iglesias más demandadas para este tipo de celebraciones en la capital palentina. De momento todas han decidido celebrarlo un poquito más tarde, con la esperanza de que su boda sea cómo es habitual un sinfín de abrazos y enhorabuenas.

Estos casos es aún más decisivo la imposibilidad de celebrarlo después sin restaurante, baile nupcial o barra libre posterior. Nadie quiere un álbum de boda dónde las mascarillas sean protagonistas.

Según el párroco de San Miguel "Algunas parejas preparadas para dar ese paso, están aún esperando saber como estaremos en Septiembre, con la esperanza de poder celebrarlo en condiciones, aunque la mayor parte de los que aquí tenían reservada una fecha, han decidido aplazarlo un año completo hasta 2021".