Declarado culpable al hombre que mató a su madre en León en la Nochebuena de 2022

El tribunal popular considera por unanimidad que el acusado actuó con alevosía y ensañamiento, por lo que se enfrenta a la prisión permanente revisable

Esther Peñalba Aller

León - Publicado el - Actualizado

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Un jurado popular ha declarado culpable por unanimidad a Alan Rubén T.S. del asesinato de su madre, María Salomé, en la vivienda familiar del barrio de San Esteban de León. Los hechos ocurrieron durante la Nochebuena de 2022 tras una fuerte discusión entre ambos.

El crimen se descubrió dos días después

Fueron los vecinos de la víctima quienes dieron la voz de alarma al no verla en las zonas comunes del edificio. Una patrulla de la Policía Local se desplazó hasta el domicilio y, al observar manchas de sangre en el exterior, decidió forzar la cerradura para acceder a la vivienda.

Dentro de la casa, los agentes encontraron el cuerpo sin vida de la mujer. Horas después del hallazgo, la Policía Nacional detuvo al hijo de la fallecida, quien desde entonces permanece en prisión provisional comunicada y sin fianza decretada por el Juzgado de Instrucción número 4 de León.

Alevosía, ensañamiento y parentesco

El veredicto del tribunal popular considera probado que el acusado actuó con alevosía, ya que la víctima no tuvo ninguna posibilidad de defenderse. Además, aprecia la agravante de ensañamiento debido a las numerosas y brutales agresiones que le infligió.

Junto a estas circunstancias, el jurado también contempla la agravante de parentesco. Por otro lado, los miembros del tribunal han descartado que el procesado tuviera sus facultades mentales mermadas, por lo que no se ha considerado ningún eximente a la hora de emitir el veredicto.

El acusado se enfrenta a la prisión permanente revisable

Tras el veredicto de culpabilidad por asesinato con las agravantes de alevosía y ensañamiento, el condenado se enfrenta a la pena máxima contemplada en el Código Penal español: la prisión permanente revisable. Será el magistrado presidente del tribunal quien deba dictar ahora la sentencia final.

Alan Rubén

El acusado, que afirmó durante la primera sesión sufrir un trastorno de personalidad disocial, antisocial y límite, con una discapacidad del 49 por ciento, explicó que sufre dos tipos de brotes psicóticos. “A veces escucho voces a las que acabo cediendo, pero el brote fuerte es cuando estoy bien algo, me hace ‘clic’, pierdo el contacto con la realidad y mi cabeza genera un recuerdo paralelo a la realidad”, relató, así como que tras ello se siente “muy confuso, cansado y anímicamente”. 

Sobre la relación que mantenía con su madre, el acusado trasladó en la Audiencia Provincial que “de vez en cuando se veían y a veces discutían y a veces no”, pero afirmó no tener “recuerdo ninguno de haberla amenazado”. 

Alan Rubén explicó que no vivía con su madre porque “desde menor montaba muchas fiestas en casa”, así como que le “agredió en varias ocasiones con el palo de la escoba, con los puños o la mano abierta”, lo que hizo que la denunciara por maltrato y “le quitaran la custodia”. Tras ello, él estuvo en un piso tutelado, del que se escapaba, por lo que se le trasladó a un centro de menores en Asturias, pero acabó de nuevo en casa de su madre. 

También contó en la Audiencia Provincial de León que su tía y su abuela denunciaron a su madre “porque no se ocupaba" de él y no me daba la medicación, igual que ella no la tomaba para un trastorno que he sabido hace dos días que tenía”. 

De acuerdo con su relato, Alan Rubén T.S. inició el consumo de drogas y alcohol con 14 años porque su madre “siempre le había tratado de una manera un poco fuerte”, lo que llevó a “sentir rechazo”, de forma que “esa era la manera de llenar el vacío y conseguir gente con la que estar”. Un año más tarde, comenzó a autolesionarse “por simple tristeza”.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.