El comité de empresa de la fábrica de palas eólicas de LM Windpower en Ponferrada ha decidido este jueves paralizar la actividad de la fábrica basándose en el artículo 21 de la Ley de Prevención de Riesgos, que faculta a los representantes de los trabajadores a tomar esta decisión cuando la empresa es incapaz de garantizar la salud y seguridad de los trabajadores ante un “riesgo grave e inminente”. El presidente del comité, Gabriel Garnelo, señalado que la decisión ya se ha puesto en conocimiento de la autoridad laboral, que dispone ahora de un plazo de 24 horas para ratificar o anular la decisión.

Garnelo ha apuntado que durante la vigencia de este plazo, la empresa tiene la obligación de respetar la decisión del comité, que asume la responsabilidad de la misma. Los representantes de los trabajadores se remiten al acuerdo alcanzado a principios de la pasada semana, cuando plantilla y dirección pactaron que los trabajadores disfrutarían de una semana de vacaciones mientras la empresa estudiaba la presentación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

Después de que la empresa “vulnerara el acuerdo” y anunciara que los empleados debían reincorporarse a sus puestos el pasado martes, a última hora del lunes comité y compañía alcanzaron un nuevo acuerdo para darse dos días más de margen en la negociación, días que los trabajadores cobrarían como permiso retribuido. Este jueves, fecha en la que expiraba el plazo, el comité decidió detener la producción y apelar al arbitrio de la Inspección de Trabajo, que será quien determine si la actividad puede reanudarse.

En relación al paquete de medidas de prevención que LM tenía previsto para evitar contagios en el entorno laboral, el comité considera que se trata de “fuegos de artificio” y recalca que la propia empresa asumió en el primer acuerdo que no se encontraba en condiciones de garantizar la salud de sus empleados.

El comité de empresa ya había criticado en las últimas horas, a través de un comunicado, “la persistencia de mantener la producción activa jugando con la vida de los trabajadores”.

En el escrito, los representantes de los empleados reprocharon a la dirección de la empresa su “insensata e inmoral actitud” y criticaron que “mientras toda la nación se confina en sus casas, otros congregan multitudes para no poner en riesgo la producción”. La factoría, en la que trabajan cerca de un millar de operarios, se mantiene cerrada desde el pasado lunes.