Feijóo subraya que “la primera obligación moral de un país serio” es que “el esfuerzo tenga sentido” y exige “rigor, honestidad e impuestos justos”

El presidente del PP avisa de que “revisará cada una de las 97 subidas tributarias de estos años” y que “bajará impuestos”, porque afirma que “se puede, bajar si se gasta mejor” y “si nadie más en el Gobierno gasta”

Ricardo Ordóñez

Intervención del presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo

Agencia ICAL

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El presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, subrayó hoy en Burgos que “la primera obligación moral de un país serio” es que “el esfuerzo tenga sentido” para lo que exigió “rigor, honestidad, impuestos justos y conciencia”. Así lo trasladó en el Auditorio del Fórum Evolución de Burgos durante su intervención en el marco del XXVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar bajo el lema ‘Origen Destino’ que se celebra hasta mañana martes, 21 de octubre, en la ciudad, y que espera reunir a más de 600 asistentes, incluidos representantes institucionales, líderes empresariales y expertos.

Núñez Feijóo precisó que “en la gestión, en las cuentas y en las prioridades se necesitan rigor” y lamentó que “es la primera vez en casi 50 años de democracia que tres años sin presupuestos intentan convertirlo en una ley”, al tiempo que criticó que “un Gobierno que no planifica, improvisa” y que “un país que improvisa, se pierde” porque entendió que “presupuestar es decidir” y “no presupuestar es rendirse al desgobierno”.

En cuanto a la honestidad, Núñez Feijóo señaló que “la política no puede pedir sacrificios a los ciudadanos mientras tolera abusos en sus propios fines” porque, aseveró, que “sin honestidad no hay ejemplo” y apeló a que “restaurar la decencia en la gestión es el cambio más urgente que necesita nuestro país”.

Ricardo Ordóñez

Intervención del presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo

El líder del PP se refirió a la tercera exigencia: “Impuestos justos y mejor usados”. “Si los españoles pagan más, tendremos que recibir mejores servicios. Menos afán recaudatorio y más calidad en el gasto. Menos presión sobre el que crea empleo y más exigencia sobre quien administra el dinero. No hay estado fuerte con ciudadanos exhaustos”, manifestó. Por eso, Núñez Feijóo avisó de que el PP “revisará cada una de las 97 subidas tributarias de estos años” y que “bajará impuestos” porque afirmó que “se pueden bajar si se gasta mejor” y “si nadie más en el Gobierno gasta”.

En cuanto a la confianza, defendió “la confianza en la gente que trabaja, que emprende, que arriesga y que cumple”. “Un Estado que no se meta en todo, sino que deje hacer y acompañe y garantice. Menos trabas y más certezas. Menos ruido, menos burocracia y más respeto”, añadió.

Asimismo, el presidente del PP defendió que las empresas familiares son parte de la economía y de la cultura de España por lo que comenzó su discurso compartiendo una “convicción”: “En España tiene que merecer la pena trabajar, mas allá de discursos triunfalistas, la economía española tiene que abordar una serie de cuestiones”.

En este sentido, lamentó que el 80 por ciento de las pymes tiene problemas para encontrar trabajadores cualificados, se sigue en el “peor dato” de la Unión Europea en desempleo general y “de los peores datos” en desempleo femenino y juvenil. “¿Y qué significa que vale la pena volver a trabajar? Que el esfuerzo tenga sentido, que el que se levanta cada día no tenga que pensar si le compensa y que cumplir no sea un acto de resignación”, trasladó a los asistentes. Sin embargo, lamentó que “cada vez más gente siente lo contrario: que cumplir cuesta más que incumplir, que arriesgar no se valora, y que prosperar levanta sospechas”.

Desafección en el país  

Por ello, explicó seis cuestiones que a su juicio provocan desafección en el país como son la presión fiscal, la sensación de impunidad, la corrupción, la desconfianza del emprendedor, la burocracia y el intervencionismo. “Llevamos 97 subidas de impuestos en los últimos años, seis subidas en el Impuesto de Sociedades, dieciséis nuevos tributos que afectan a las empresas de forma directa o indirecta, y quince subidas de cotizaciones. Y ahora una más, otra vez a los autónomos, que sería para ellos la décima subida de cotizaciones sociales”, relató.

“Esto se quiere disfrazar de progresismo, y no hay discurso de progreso que justifique asfixiar al que produce. No hay justicia social si el que trabaja paga cada vez más y el Estado gasta cada vez el 90 por ciento de los españoles han perdido poder adquisitivo. Se recauda más y nadie sabe para qué. Llevamos tres años sin que el Gobierno presente presupuestos generales del estado. La política no puede exigir lo que no practica”, manifestó.

Ricardo Ordóñez

Intervención del presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo

En cuanto a la corrupción, para los ciudadanos es, dijo, “que cada autónomo, cada empresa, cada familia sabe lo que significa justificar hasta el último céntimo y, sin embargo, los mismos que les piden facturas y comprobantes son los que no vieron, no quisieron ver la corrupción más cercana”. “No hay mayor inmoralidad política que castigar al que cumple y beneficiar a quien no. La corrupción no solo roba dinero, roba energía moral y un país agotado moralmente nunca puede prosperar”, exclamó.

El tercer motivo de esa desafección, apuntó, es que “se desconfía del empresario como si el beneficio fuese un delito o el éxito una sospecha”. “Un Gobierno que ve a la empresa como adversario está condenado a ver el progreso como un contagio”, dijo. El líder del PP señaló que “la política es exactamente lo contrario, una alianza moral con sus trabajadores, con su tejido productivo, con quienes sostiene la economía; una alianza con honestidad, con reglas claras, con impuestos razonables, con sentido público”.

Burocracia  

El cuarto motivo, según enumeró, es la burocracia. “Esto no se consigue cuando la burocracia se convierte en un laberinto sin salida, una maraña infinita que agota, que desanima y que convierte cada proyecto en una odisea”, lamentó, porque, según sostuvo, “cada nueva norma, cada formulario, cada reglamento en lugar de impulsar, frena, en lugar de acelerar, dificulta y, al final, uno tiene la sensación de que en España cuesta más hacer las cosas bien que hacerlas mal”.

“Es mejor saber solo que hay requisitos que esforzar sin tener ideas”, lamentó, y ofreció algunos datos del Instituto de Estudios Económicos, que dicen que en el año 2024 se publicaron 1,3 millones de páginas de normativa, ya sea estatal, autonómica o un equipamiento. Esto equivale, apuntó, a 3.500 páginas cada día de normativa que se publica en España. Por eso, subrayó que la propuesta del PP es “clara” porque “a la nueva norma eliminaremos tres”.

“Acabaremos con lo que en la celda burocrática se llama la maldición del empleado 50, el crecimiento empresarial de las pymes, y reduciremos los requisitos de información a las empresas”, exclamó. “En definitiva, proponemos menos BOE y más PIB, menos trámites y más proyectos, menos papeles y más y mejor empleo”, insistió.

Y el sexto y último es el internacionalismo. “Un Gobierno que se mete con las empresas, que impone criterios partidistas, que interviene en los consejos de administración, no promueve el crecimiento, lo domestica”, aseveró, y añadió que “el Gobierno no puede ser juez, árbitro y jugador a la vez; cuando un Estado lo es todo, el ciudadano es nada y eso es horrible. Defender la libertad de empresa es defender el sentido común porque la libertad económica es la garantía de la libertad del ciudadano”.

Núñez Feijóo subrayó que “todo esto confluye en un gran mal actual en la cultura del desánimo”. “Un sistema corrosivo en el que parece no haber diferencias entre trabajar y no trabajar, entre cumplir y no cumplir, entre ser honesto o aprovechado. Un sistema que hace que la sociedad se apague”, manifestó.

Así, defendió que “el Estado debe ayudar” pero advirtió de que “la ayuda debe ser un impulso, no una reivindicación”. “El subsidio no puede convertirse en un modelo de vida, ni en una herramienta del poder político”, alertó porque, según destacó “un país subsidiado no es un país involuntario, es un país sin futuro”.

“Cuando un país empieza a medir su éxito por el número de ciudadanos dependientes del Estado, algo se ha invertido en su escala moral. La verdadera inclusión de un país es el empleo. La verdadera inclusión de un país es la oportunidad. Los demás son paréntesis, no proyectos de vida”, argumentó. Por ello, defendió que “el trabajo no solo es un medio” sino que “es la base de la autonomía personal y familiar, de la libertad, del respeto a uno mismo”. Y añadió que “cuando un país no se respeta al trabajo, el país se descompone”.

En su intervención, el presidente del PP lanzó una reflexión final: “Como en toda empresa familiar, también en un país, lo importante no es lo que se hereda. Lo importante es lo que se deja en herencia. Soy plenamente consciente de lo que percibiré, si tengo la confianza en los españoles, pero más aún de lo que quiero dejar. Yo quiero dejar un país serio, un país más justo y un país más digno porque gobernar, al final, es trabajar para que los que nos sigan encuentren una España mejor que la que nosotros nos encontramos”.