Las dos caras de la misión burgalesa: de la lucha contra la esclavitud en África al diálogo en Tailandia

Dos misioneros relatan sus 30 años de experiencias en Benín y Tailandia, historias de vida marcadas por la entrega y la lucha por la dignidad humana

Raúl González

Burgos - Publicado el

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Burgos cuenta con 456 misioneros repartidos por los cinco continentes, cuyas historias de entrega a menudo revelan realidades sorprendentes. Este es el caso de José María Rodríguez y Carmen Manso, dos religiosos burgaleses que han dedicado 30 años de su vida a misiones en Tailandia y Benín, respectivamente. Sus testimonios, que se dan a conocer en el marco de la campaña del Día del Domund, reflejan dos formas de ejercer la vocación: el diálogo interreligioso en Asia y el rescate de niñas de la esclavitud en África.

Una vida entre budistas en Tailandia

La vocación de José María Rodríguez Redondo, conocido como Chema, se forjó a través de "pequeños pasos", desde su participación en grupos de jóvenes cristianos hasta su labor en la pastoral gitana como seminarista. Tras tres años como sacerdote, sintió la llamada misionera y se incorporó al Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), que lo destinó a Tailandia, donde ha vivido durante tres décadas.

Álvaro Tajadura

José María Rodríguez Redondo, misionero en Tailandia

Allí se ha encontrado con una realidad donde la Iglesia es "insignificante". En un país con un 92 % de población budista, los católicos apenas representan el 0,5 %. En este contexto, Chema ha comprendido que su labor no se define por lo que hace, sino por su identidad. "He entendido allí que ser misionero no es lo que hago, sino lo que soy", afirma. Su trabajo se ha centrado en estar cercano a la gente, compartiendo el día a día.

Ser misionero no es lo que hago, sino lo que soy"

José María Rodríguez Redondo

Misionero en Tailandia

Lejos de ver otras religiones como una barrera, Chema promueve lo que denomina un "diálogo interreligioso de la vida". Sostiene que las distintas creencias no son enemigas, sino que se apoyan mutuamente. "Nos apoyamos mutuamente para ser coherentes y sinceros en el camino de la religión", explica el misionero burgalés.

Rescatadas de la esclavitud en Benín

La historia de Carmen Manso, religiosa teatina, también es singular. Anheló ser misionera desde los 15 años, pero no vio cumplido su sueño hasta los 42, cuando su congregación la destinó a África. El cambio fue "muy brusco", pasando de la Barcelona de los Juegos Olímpicos del 92 a la realidad de Benín, un país que históricamente fue un centro de captación de esclavos.

Álvaro Tajadura

Carmen Manso, religiosa teatina

Durante sus 30 años en África, Carmen ha luchado directamente contra la esclavitud moderna. En su misión ha rescatado a mujeres de ser vendidas por sus propias familias. "Algunas veces ellas mismas nos han dicho, cuando estaban siendo ya mujeres, que el abuelo o el padre las cogía como mujeres, y muchas veces huían y se refugiaban en nuestra casa", relata.

Hay que echarles una mano, sobre todo, para que para escolarizar tanto a los niños como a las niñas"

Carmen Manso

Misionera en África

Por la casa de las religiosas han pasado más de 150 chicas que han evitado ser víctimas de trata. La clave, según Carmen, ha sido la educación. "Nos ocupamos mucho de las niñas, porque es el problema, no las dejaban ir al colegio o iban hasta los 10 años y las sacaban para poderlas dar como moneda", denuncia. Gracias a la escolarización, muchas de ellas hoy ocupan cargos importantes y tienen una vida nueva.

Álvaro Tajadura

María Teresa Domínguez Sánchez, delegada para las Misiones y directora de Obras Misionales Pontificias (OMP) en Burgos.

Además de la educación, la misión de Carmen ha incluido una importante labor sanitaria. Su Toyota ha servido en múltiples ocasiones de "ambulancia" para trasladar a mujeres a un gran hospital cercano, impulsado por los hermanos de San Juan de Dios. También ha promovido campañas de vacunación y charlas de formación para enseñar a las madres a nutrir a sus hijos y prevenir enfermedades.

El Domund, un apoyo vital

Las historias de Chema y Carmen son un ejemplo del trabajo que realizan los 456 misioneros burgaleses en los 1.131 territorios de misión que existen en el planeta. Con motivo del Día del Domund, la Iglesia invita a colaborar económicamente con esta labor. El año pasado, Burgos envió más de 180.000 euros a través de Obras Misionales Pontificias, que se destinaron, según la delegada María Teresa Domínguez, a 413 proyectos ordinarios y 132 extraordinarios en 26 países.

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