Fernando Manzanas, abulense víctima de ETA a los 19 años: "Las secuelas psicológicas nunca se curan, no dejan de recordarte lo que eres"

Fernando fue uno de los 80 Guardias Civiles que sufrieron el atentado de la banda terrorista en la Plaza República Dominicana el 14 de julio de 1986. Murieron 12 compañeros

Beatriz García

Ávila - Publicado el - Actualizado

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En tres días, el próximo 13 de julio, será el aniversario de la muerte de Miguel Ángel Blanco a manos de la banda terrorista ETA. Estos días todas las ciudades, incluida Ávila, están rindiendo homenaje a las víctimas, de hecho si pasas por la glorieta de la ciudad dedicada a las víctimas podrás ver un gran ramo de flores.

Un día después, el 14 de julio, se cumplirá también el aniversario del atentado de la banda terrorista en la Plaza República Dominicana de Madrid en 1986. Un atentado que sufrió en sus propias carnes el abulense Fernando Manzanas. Tenía tan sólo 19 años y fue uno de los 80 Guardia Civiles heridos. Hubo 12 muertos.

HERIDAS QUE  NUNCA SE CIERRAN

Fernando ha contado en COPE Ávila que las heridas psicológicas “no se curan en la vida, la persona queda tocada para siempre o aprendes a vivir con ellas o tienes un problema”. Estas heridas psicológicas “no dejan de recordarte lo que eres: víctima del terrorismo” dice Fernando Manzanas.

Explica Fernando Manzanas que lo que a él le ayudó a sanar esas heridas y aprender a vivir con ellas fue el hecho de “ser padre”, una suerte que no tuvieron los compañeros que ese día sufrieron el atentado de ETA con él en la Plaza República Dominicana y perdieron la vida si haber llegado entonces ni a los 20 años de edad.

ACERCAR LA HISTORIA A LOS JÓVENES

Para Fernando es fundamental que los jóvenes de ahora conozcan esta parte de la historia de nuestro país que ven muy lejana, porque recuerda que aunque ETA desapareció hace poco más de una década, y ya no hay asesinatos, todavía perdura la ideología. A ello dedica parte de su vida y su tiempo Fernado con charlas en institutos y universidades, donde además recuerda a estos jóvenes que las víctimas de ETA no son solo los muertos, también los heridos y las familias de todos ellos que a día de hoy siguen sufriendo las secuelas.