Alumnos de Fisioterapia de la UCLM se unen para ayudar a pacientes con Sensibilidad Química y Fatiga Crónica
Hablamos con afectados como Marisol "me sabe la boca a jabón y mi casa huele como una refinería de Petróleo"
Toledo - Publicado el - Actualizado
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Un grupo de estudiantes de 3º de Fisioterapia de la Universidad de Castilla-La Mancha han dado un paso adelante para ayudar a pacientes que padecen dos de las enfermedades más incomprendidas por la sociedad: la Sensibilidad Química Múltiple y el Síndrome de Fatiga Crónica.
En "Herrera en COPE Castilla-la Mancha" hemos hablado con ellos y con los pacientes que están tratando.
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Imaginate que todos los productos que lleven algo químico te dieran alergia, desde la colonia que te pones hasta el detergente con el que lavas los platos; o que te despertaras más cansado que cuando te fuiste a dormir... Esto es lo que les pasa a las personas que padecen estas enfermedades.
Desesperados se han puesto en las manos de 8 alumnos de fisioterapia que han creado un proyecto llamado "Fisiofasq" en colaboración con la asociación "SFC-SQM Castilla-La Mancha" para ayudarles y evitar que terminen postrados en una cama, tal y como nos contaba Álvaro Cabañas " estamos aplicándoles una serie de tratamientos con ejercicios de ergonomía para que puedan desarrollar las actividades habituales en su día a día, consejos de relajación, masajes, estiramientos, yoga..."
SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE
Marisol sufre Sensibilidad Química Múltiple y tuvo suerte porque el médido de cabecera se lo diagnosticó en un par de meses, lo peor fue escuchar que no tenía cura, solo podían aliviarles los síntomas "lo primero que tuve fue sequedad de ojos, nariz, oídos y garganta, después tuve una sensación como de tener jabón en la boca, me salía espuma, ronquera y falta de aire y después empezé a oler a químico, como si en mi casa tuviera una refinería de petróleo. Entrar en mi casa suponía un peligro para mí".
Esta enfermedad es muy invalidante "en casa todos los detergentes y productos de aseo personal no tienen que tener perfumes, ni químicos. Si voy al supermercado tengo que ir a primera hora para evitar oler a las personas y no puedo ir a ningún sitio donde haya mucha gente".
Carlos también sufre esta patología "siempre estaba cansado, me dolía la cabeza, malestar intestinal, era una sensación muy agobiante por todo el cuerpo". Lo primero fue dejar de trabajar "yo trabajaba en una empresa de alimentación y estaba en contacto con muchos químicos, era imposible, tuve que decidir , mi vida o el trabajo".
Carlos ha tardado un año en crear un ambiente seguro en su propia casa "tengo mi propio hábitat, limpia de todos los productos que me hacen daño. Me costó un año probar productos para averiguar cuáles eran los inocuos para mí, cuando salgo de casa es una lotería. Sin la mascarilla es muy difícil vivir".
SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA
Lo peor de esta enfermedad es lograr un diagnóstico rápico, Sole tardó diez años "durante diez años estuve peregrinando de un médico a otro hasta que llegué a una consulta de reumatología que fueron los que se centraron en mis síntomas".
Para Lucía incluso fue peor, porque padecía de tiroides "mi cansancio y mis dolores de cuerpo lo achacaban a eso, me he recorrido todos los especialistas desde los 18 años hasta los 58 años. Nuestra enfermedad es invisible".
Para ellas ningún día es igual y hasta que te levantas no sabes cómo te vas a encontrar, para Lucía es una auténtica tortura "tienes dolor y no puedes hacer nada, te llaman para salir y la gente no se da cuenta que no es cuestión de ánimo el salir o no, sino que no podemos".
Milagros Sánchez es la trabajadora social de la asociación SFC-SQM Castilla-La Mancha y nos cuenta el pérfil de los pacientes de ambas patologías "están en una franja de edad de 31 a 64 años y son mayoritariamente mujeres", y precisamente por ser mujeres, sufren una doble discriminación, que unida a sus síntomas y a la imposibilidad de tener una vida social normal terminan sufriendo depresiones "por la situación social, familiar, jurídica, laboral y económica a la que las enfermedades les somete".
Además se enfrentan a unas valoraciones constantes muy difíciles de afrontar "es muy costoso desde el punto de vista emocional porque conseguir una incapacidad permanente absoluta supone un desgaste individual y familiar muy alto".
Todos ellos han puesto muchas esperanzas en este proyecto según nos contaba Lucia "esperemos que con la ayuda de estos profesionales nos den un poco de luz para poder vivir con dignidad".