Verano bajo control: los fisioterapeutas alertan del riesgo oculto tras las zambullidas, los masajes playeros y el deporte exprés

Atento a las indicaciones: la bandera roja en la playa no es decorativa, significa que no debemos bañarnos porque puede costarnos muy caro

Carmen Rodenas

Toledo - Publicado el

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Con la llegada del calor y las ansiadas vacaciones, las rutinas cambian y con ellas también aumentan ciertos riesgos para la salud. El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM) lanza un mensaje claro: “relajarse no debe ser sinónimo de descuidarse”. 

Su presidente, Javier Merino, ha enumerado en una entrevista a COPE Cuenca, los principales peligros que enfrentamos en esta época estival, muchos de ellos invisibles o, peor aún, ignorados por la euforia del descanso.

REPETIRLO MIL VECES

“Las zambullidas imprudentes siguen provocando lesiones medulares cada año, aunque cada vez menos gracias a la concienciación”, asegura Merino. A pesar de las campañas preventivas, y de las mil veces que desde muchos sectores y colectivos se repiten, aún se registran casos de lesiones graves por lanzarse sin comprobar la profundidad del agua o desobedeciendo la señalización en playas y piscinas. 

No solo se trata de lanzarse al agua con cabeza —nunca mejor dicho—, sino también de entender que “la bandera roja en la playa no es decorativa, significa que no debemos bañarnos porque puede costarnos muy caro”.

Masajes en la playa y deporte sin medida: el cuerpo no está de vacaciones

Otro de los focos de preocupación, según el presidente de COFICAM, es la proliferación de masajes ofrecidos en playas por personas sin titulación sanitaria. 

En apariencia inofensivos, estos servicios pueden ocasionar serias consecuencias para la salud. “Nos podemos encontrar con procesos lesionales musculares, problemas de coagulación o heridas si no se dan en condiciones higiénicas y profesionales”. Además, la atmósfera relajada de las vacaciones lleva a muchos a tomar decisiones precipitadas: desde intentar aliviar una contractura en un puesto ambulante, hasta lanzarse de golpe a practicar deporte tras meses de sedentarismo.

“El clásico: tengo 15 días de vacaciones y quiero hacer en dos semanas el ejercicio que no hice en 11 meses. El resultado son lesiones, sobrecargas o incluso golpes de calor”, señala Merino. En este sentido, recalca que incluso quienes practican deporte regularmente deben bajar la intensidad durante el verano y evitar por completo las horas centrales del día.

apunta estas claves

El fisioterapeuta insiste en que disfrutar del verano no está reñido con cuidarse. Por eso, lanza algunas recomendaciones básicas: 

  • Evitar las zambullidas sin conocer la profundidad del agua. 
  • Seguir las indicaciones de socorristas y respetar la señalización. 
  • Rechazar masajes no profesionales, especialmente en lugares poco higiénicos como la arena. 
  • Evitar el deporte en horas de máximo calor y hacerlo siempre con una equipación adecuada. 
  • Iniciar cualquier actividad física progresivamente y con sentido común.

En definitiva, la clave es la prevención, incluso cuando lo que más apetece es olvidarse de todo. “Estamos en un momento de ocio y relajación, pero eso no puede traducirse en descuido. Hay que tener cabeza, también en vacaciones”, concluye Javier Merino. Porque sí, el verano está para desconectar, pero no del sentido común.