Responder a las inquietudes de jóvenes promesas es el objetivo de las escuelas taurinas. En Miguelturra existe una de esas escuelas que forma a futuros toreros. Juan Robles, de 17 años, es uno de esos alumnos.

Hace tres años comenzó a formarse. ¿Por qué? “Yo me di cuenta desde muy pequeño que quería ser torero, todo me aburría, pero haciendo como que toreaba con un trapo era con lo que más disfrutaba”.

El entrenamiento se basa en un aspecto físico más el torero de salón para entrenar. Y en la mente siempre un sueño, llegar a ser torero. “Te fijas en los maestros desde pequeño y sueñas”.

Lo principal para ser torero, según Juan, es ser humilde y saber escuchar y tomar los consejos de aquellos que entienden”. Ahí juega un papel fundamental el director de la escuela de Miguelturra, Antonio Alegre.

Hace pocas semanas los alumnos de la escuela han estado tentando en Víctor y Marín. “Se dio muy bien el primer tentadero del año; nos sirvió mucho para seguir avanzando”.

Juan mira al futuro con calma. “Tengo que cumplir una serie de requisitos, novilladas sin caballos, con caballos y después llegaría la alternativa, pero ahora mismo no estoy en eso sino en mirar al presente”.

A aquellos que quieren ser toreros Juan les da un consejo: “Que tengan ilusión. A mis padres les tuve que decir: yo quiero ser torero; y ese es el mensaje, que sueñen y no tengan miedo a cumplir ese sueño”.