Roscón de Reyes artesano: lo puedes comprar o lo puedes hacer... si te atreves
Es fácil ir a una panadería, elegir el sabor que deseas, pero también puedes sacar tus dotes 'masterchef' y hacerlo en casa. Lleva su tiempo, pero no es tan difícil con esta receta

Roscón de Reyes artesano: lo puedes comprar o lo puedes hacer... si te atreves
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En los últimos años nos hemos acostumbrado a que tengan nata, crema o trufa, aunque el tradicional se sigue imponiendo en el gusto de los consumidores. Hablamos del roscón de Reyes, una tradición que ya aparece en algunos escritos del siglo XII, aunque otros incluso sitúan su origen en las celebraciones romanas del siglo III, cuando en el interior de una torta dulce con forma de corona se situaba un haba seca, y el afortunado al que le tocaba era nombrado rey de reyes.
Sea como sea, en este bollo habitualmente redondo, lo que no debe faltar en su elaboración, si ésta es de calidad, es el olor a azahar, la fruta escarchada, las láminas de almendra y por supuesto las sorpresas en su interior, tanto las figuritas que tanto alegran a los pequeños de la casa, como el haba, unida al pago del roscón, aunque eso siempre se dice, pero habitualmente se queda en el aire.
Pero, ¿cuál es el secreto de un buen roscón de Reyes artesano?. Pilar, desde Panadería Miguel Ángel Parra en Albacete, nos ha contado alguno como "no utilizar ingredientes congelados; todo debe ser natural". De hecho, en este establecimiento y horno de la calle Herradores, donde el ritmo es frenético en estos últimos días, la elaboración no para "pero se hace conforme se van necesitando. Esa es -dice Pilar- la diferencia con los industriales, asegurándonos su frescura, porque si es artesano, tal y como lo hacemos aquí, el roscón puede aguantar varios días sin problema".

Comprarlo es una opción magnífica, la más cómoda, pero como en los últimos tiempos parece que nos atrevemos con todo en la cocina, aquí te dejamos una receta, de no mucha dificultad.
Ingredientes:
Cómo prepararlo
Debemos mezclar un poco de la leche con dos o tres cucharadas de la harina de fuerza y la levadura fresca desmenuzada, removiéndolo todo bien para después tapar y dejar fermentar durante unos 30 minutos, en un lugar cálido para permitir que fermente.
Una vez que esa masa ha fermentado, cogeremos un bol grande para añadir a ésta el resto de la harina y poco a poco el azucar, las ralladuras de limón y naranja, la sal, el resto de la leche, 2 huevos, el agua de azahar y por último la mantequilla, removiendo hasta que tengamos una masa homogénea.
Llega entonces el momento de amasar sobre una superficie en la que pondremos un poco de harina para mejorar su manejo. Cuando tengamos una masa homogénea, es momento de darle forma de bola para dejarla en un recipiente tapado con un paño húmedo durante un par de horas como mínimo en un lugar cálido y sin corriente de aire para que siga fermentando.
Cuando haya pasado ese tiempo tendremos una masa que habrá crecido hasta más o menos el doble de su volumen. De nuevo, volveremos a amasar para darle forma a nuestro roscón, aunque con los ingredientes propuestos, da para hacer un par de ellos.
Recuerda que cuando lo metas en el horno, el agujero que hagas en el centro de tu roscón, se hará más pequeño, así que debes ser generoso con ese hueco central si no quieres que se tape.
Seguimos con nuestra elaboración, en la que se hace necesario un nuevo reposo de nuestra masa, ya con la forma hecha.. En este caso, debemos esperar una hora más o menos, teniéndolos bien cubiertos y en caliente.
Antes de meterlos al horno nos queda la decoración, primero pintándolos con huevo para que cojan brillo y después con la fruta escarchada, las almendras laminadas y el azúcar granulada. Y que no se olfiden las figuritas del interior...
Ya queda poco. Precalentamos el horno a 180º C e introducimos las masas durante 20 minutos. Si es pequeño, lógicamente llevará menos tiempo. Cuando salga del horno y se enfríe es el momento de abrirlo, si quieres, y poner nata o trufa, aunque eso ya queda a tu gusto.