¿Cómo proteger a nuestros mayores de las altas temperaturas? Prevenir es clave para evitar emergencias

El envejecimiento reduce la capacidad del cuerpo para regular la temperatura, lo que hace a los adultos mayores especialmente vulnerables a golpes de calor y deshidratación

Alicia Martínez

Albacete - Publicado el

3 min lectura

Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas, y uno de los grupos más vulnerables frente a este fenómeno climático son las personas mayores. Con el paso de los años, el cuerpo pierde eficiencia en su capacidad para regular la temperatura, lo que puede derivar en graves consecuencias si no se toman las medidas adecuadas.

El doctor Rubén Alcantud, geriatra, alerta sobre la gravedad del problema: “La glándula encargada de regular la temperatura corporal no funciona igual en las personas mayores. Además, suelen tener menos sensación de sed o calor, lo que aumenta el riesgo de deshidratación sin que ellos mismos se den cuenta”. A esto se suma la toma de ciertos medicamentos que pueden favorecer la pérdida de líquidos en épocas de calor intenso.

"Suelen tener menos sensación de sed o calor, lo que aumenta el riesgo de deshidratación sin que ellos mismos se den cuenta"

Rubén Alcantud

Geriatra

 Prevención, la mejor herramienta  

La buena noticia es que estos riesgos son evitables con medidas sencillas pero fundamentales. Según Alcantud, la clave está en la prevención y la concienciación: “Aunque no tengan sed, las personas mayores deben hidratarse con frecuencia. Es importante ofrecerles agua, infusiones frías o zumos de forma continua”.

“Aunque no tengan sed, las personas mayores deben hidratarse con frecuencia"

Rubén Alcantud

Geriatra

Además, se recomienda evitar comidas copiosas o muy grasas y optar por una alimentación ligera, rica en frutas, verduras y ensaladas. Mantener un ambiente fresco en el hogar también es esencial: cerrar persianas en las horas de más calor, ventilar por la mañana y la noche, y usar ventiladores o aire acondicionado. También se aconseja usar ropa ligera, suelta y de colores claros.

Signos de alarma: cuándo actuar rápido

Es importante detectar cuanto antes los síntomas de un golpe de calor. “Los primeros signos pueden ser malestar general, mareo, dolor de cabeza o mucha sed. Si observamos piel enrojecida y seca, náuseas, vómitos o una temperatura corporal por encima de los 39 grados, estamos ante una situación grave. Si la persona empieza a comportarse de forma extraña, pierde el conocimiento o sufre convulsiones, hay que llamar a Emergencias de inmediato”, advierte el doctor.

Ante un caso así, en casa se pueden aplicar medidas de primeros auxilios mientras se espera asistencia médica: llevar a la persona a un lugar fresco y a la sombra, quitarle ropa innecesaria, aplicar paños fríos o rociar agua sobre su cuerpo y abanicarle. Si está consciente, se le puede ofrecer agua fresca en pequeños sorbos.

Las secuelas y la falta de conciencia

“Un golpe de calor no solo puede dejar secuelas graves, sino que puede llegar a causar la muerte”, advierte Alcantud. “La mayoría de los casos que vemos en el hospital podrían haberse evitado con unas pocas recomendaciones básicas”.

El especialista lamenta que aún no haya suficiente conciencia social sobre este riesgo: 

“Recibimos demasiados pacientes con signos claros de deshidratación y golpes de calor, que podrían haberse prevenido”

Rubén Alcantud

Geriatra

.La prevención salva vidas y, en estos casos, puede marcar la diferencia entre un verano tranquilo y una emergencia médica.

Recomendaciones clave:

  • Hidratarse frecuentemente, aunque no se tenga sed.
  • Evitar comidas copiosas; optar por frutas, verduras y alimentos frescos.
  • Mantener el hogar ventilado y fresco.
  • Vestir ropa ligera y clara.
  • Estar atentos a signos de deshidratación o golpe de calor.
  • Actuar con rapidez y buscar ayuda médica si aparecen síntomas graves.