Buruaga, en la Linterna de Cope: "Nos hemos convertido en la Isla del norte de España"

La presidenta del Gobierno en Cantabria asegura que mejorar las comunicaciones y las infraestructuras en la región, es su asignatura pendiente.

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Entrevista María José Sáenz de Buruaga

Katia Nogueira Pi

Santander - Publicado el - Actualizado

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Muchos han sido los temas tratados durante la entrevista que Ángel Expósito ha realizado a la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga en la Linterna de Cope, que este martes se realizaba desde el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Potes.

El Año Jubilar Lebaniego ha sido, como no, el gran protagonista. Más de 300.000 visitantes a Santo Toribio y 14.000 las credenciales otorgadas a aquellos peregrinos que han hecho el camino. Unos datos que superan los obtenidos en el año 2006, pero que son inferiores a los del 2017, algo que hace ser a Buruaga moderada. "El balance que hacemos es moderadamente positivo, aunque está incompleto porque todavía no ha terminado hasta que se cierre la puerta del perdón, el próximo domingo 14 de abril. La recta final, como siempre suele ocurrir, aumenta la afluencia".

En cuanto al turismo que ha tenido Cantabria en este 2023, las cifras no pueden ser mejores. La presidenta ha destacado los más de 2 millones de visitantes, dos puntos por encima del año 2022; el récord en el número de pernoctaciones con más de cinco millones y también los más de 1.200.000 pasajeros que han pasado por el aeropuerto Seve Ballesteros. Unas cifras que han pulverizado, según Buruaga, todos los registros, pero que también les hacen estar en guardia, " nos invitan al optimismo, pero hay mucho por hacer, para hacerlo mejor". Tenemos que anticiparnos y prevenir, tomando medidas para evitar riesgos de masificación. No queremos un turismo desordenado, por lo que hay que controlarlo, porque si no castigarían nuestro territorio y nos harían perder calidad".

Para María José Sáenz de Buruaga, no se puede morir de éxito y este activo que es Cantabria, con su patrimonio, hay que saber administrarlo. Por eso asegura que están trabajando de la mano con el sector para regular los dos fenómenos que más nos tensionan " las viviendas turísticas y las caravanas".

IMPOSIBLE NEGOCIAR CON PSOE Y VOX

La presidenta regional no ha hablado solo de turismo y de todos los atractivos con los que cuenta Cantabria, sino que también la política ha estado presente.

Se siente orgullosa de haber podido conseguir gobernar en solitario gracias al apoyo de los cántabros. "Los cántabros hablaron alto y claro en las elecciones de mayo y lo hicieron pidiendo un cambio en la política que llevaba la región y otorgando una victoria contundente al PP".

Una situación que les obliga a buscar permanentemente el diálogo y espacios de entendimiento, así como a mostrar su capacidad de llegar acuerdos, aunque no lo tienen fácil. "Nada puedo esperar de un partido socialista que ha levantado un muro y está en las barricadas, con una política corrosiva y tóxica. También está siendo complicado entenderse con VOX, que a veces parece más cerca del PSOE que del PP". Hasta el momento, el único que se lo está poniendo fácil es el PRC y su líder Miguel Ángel Revilla, para quien Buruaga, hizo un ejercicio de inteligencia, incluso le vino bien para resolver uno de los problemas que tiene que afrontar ahora mismo que es su sucesión.

LAS INFRAESTRUCTURAS, LA GRAN ASIGNATURA PENDIENTE

La deuda histórica en materia de infraestructuras y de comunicación que tiene Cantabria es el gran quebradero de cabeza de María José Sáenz de Buruaga. "Todos los compromisos incumplidos y las decepciones durante años", asegura, han convertido a nuestra región en una isla. "Somos la isla del norte de España. Si seguimos así, pediré un régimen fiscal como las islas, ya que somos la única región del norte donde no ha llegado el Ave y donde ni siquiera hay fecha para tenerlo".

El tren Santander-Bilbao, que es el que nos tiene que abrir la puerta a Europa, así como la situación de la red de cercanías de Cantabria, a la que califica de "tercermundista", son otras de las reivindicaciones, que Buruaga tiene claro que no cesará de pedir.