Así es el lugar de Cantabria en el que puedes vivir la experiencia de volar como un pájaro: "Casi choco contra El Sardinero..."

En un lugar único en la geografía nacional, se esconde un monumento en homenaje a aquellos cántabros que cruzaron el océano Atlántico hacia América, y que esconde además un sinfín de sorpresas

Álex García

Santander - Publicado el

3 min lectura

A simple vista parece solo una torre más en lo alto de un monte. Pero dentro, lo que aguarda es una experiencia que no se parece a nada que hayas probado antes. Desde aquí, a casi 600 metros de altitud, no solo se ve Cantabria… se vuela sobre ella. 

En el corazón del Parque Natural de Peña Cabarga, a apenas diez minutos de Santander, se alza un edificio muy reconocible: el Monumento al Indiano, popularmente conocido como el Pirulí. Fue diseñado en los años 60 por el arquitecto Ángel Hernández Morales, que quiso que esta torre actuara como un faro visible desde toda la región.

Durante años estuvo cerrado al público, pero hoy ha recuperado su esplendor gracias a un proyecto impulsado por CANTUR, la empresa pública de turismo del Gobierno de Cantabria. Y no se trata solo de una rehabilitación arquitectónica: el lugar se ha transformado en un recorrido inmersivo que mezcla historia, arte y tecnología. 

 Un homenaje a los cántabros que se fueron… y volvieron  

La visita comienza en la planta baja, en una sala de exposiciones que rinde tributo a los indianos, esos cántabros que cruzaron el Atlántico en busca de una vida mejor y que, con el tiempo, regresaron para levantar colegios, hospitales o fundaciones.

Carolina, la responsable de turismo de Cantur, atendiendo los micrófonos de COPE

Entre los nombres que suenan están los del marqués de Comillas y el marqués de Valdecilla, figuras que marcaron la historia de la región y cuyo legado sigue presente. En ese espacio, luces, fotografías y recursos interactivos permiten conocer sus historias de una manera diferente, sin perder ese tono humano que emociona. 

 De las cuevas prehistóricas… al cielo de Cantabria  

A medida que se asciende por la torre, el viaje cambia de época. Con unas gafas de realidad virtual, el visitante puede adentrarse en tres cuevas icónicas del patrimonio cántabro: Covalanas, El Castillo y Cullalvera. Un recorrido digital por el arte rupestre que asombra incluso a quienes ya las han visitado en persona.

“Queremos que el visitante se sienta dentro de la historia y que viva Cantabria desde una perspectiva diferente, combinando patrimonio y tecnología”, explica Carolina Gómez, coordinadora del servicio de Turismo de CANTUR.

Y es que cada paso dentro del edificio es un puente entre pasado y futuro. 

 El momento más esperado: volar  

Pero el verdadero punto culminante llega al final. En la última planta espera el simulador de vuelo Birdly, una máquina que permite cumplir un sueño tan viejo como el ser humano: volar como un pájaro.

El visitante se tumba boca abajo, extiende los brazos y, mediante sensores y pantallas envolventes, sobrevuela Cantabria a vista de dron. Bahía de Santander, los acantilados de Liencres, los prados de Santillana, el valle de Liébana… Todo a unos centímetros de la realidad.

“Yo he volado por Santander y casi choco contra El Sardinero”, cuenta uno de los primeros visitantes entre risas. “Es increíble lo real que parece”. 

 Una Cantabria para ver… y sentir  

La experiencia completa dura cerca de una hora, se realiza en grupos reducidos de 12 personas y cuesta 9 euros. Y aunque las vistas desde la cima ya justifican la subida, lo que convierte este lugar en algo único es su capacidad para emocionar y sorprender a partes iguales.

Peña Cabarga, ese mirador natural desde el que se escucha la radio que llega a toda Cantabria, se ha reinventado para ofrecer algo más que paisaje: una forma distinta de mirar, de recordar y de sentir esta tierra.

Porque aquí, por fin, volar sobre Cantabria es posible.