Descubre los riesgos de la Inteligencia Artificial: "Cuidado con Chat GPT"

Cope Cantabria habla con Diego García, especialista en IA y profesor de la Universidad de Cantabria

Diego Balbontín

Santander - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Las herramientas de inteligencia artificial (IA) están transformando el mundo a una velocidad sin precedentes. Desde asistentes virtuales hasta generadores de texto, imágenes y música, la IA ya forma parte de nuestras vidas cotidianas, del trabajo, la educación, la medicina y hasta del entretenimiento. Pero, ¿cuáles son realmente los beneficios y los riesgos que implica esta tecnología? ¿Cómo podemos hacer un uso ético y responsable de ella?

Los pros: productividad, creatividad y accesibilidad

Entre las ventajas más destacadas de la inteligencia artificial se encuentran: 

 • Aumento de la productividad: Herramientas como ChatGPT, Copilot o Gemini permiten automatizar tareas repetitivas, generar informes, redactar textos y asistir en la toma de decisiones en cuestión de segundos.

  • Impulso a la creatividad: Plataformas de IA generativa ayudan a artistas, diseñadores y escritores a explorar nuevas ideas, visualizar conceptos y acelerar procesos creativos. 

 • Accesibilidad y democratización del conocimiento: Traductores automáticos, asistentes conversacionales y soluciones educativas basadas en IA están ayudando a reducir barreras lingüísticas, técnicas y cognitivas en todo el mundo.

Diego García, especialista en IA y profesor de la Universidad de Cantabria, cree que "tenemos que ver la inteligencia artificial como una herramienta más".

"Yo siempre digo lo mismo. La IA es como un martillo o un destornillador, nosotros lo tenemos  para facilitarnos la vida en determinadas tareas, pero no va a quitarnos el trabajo. Lo que va a hacer es que nuestros trabajos se reconviertan.  Digamos que las tareas que ahora son más rutinarias y nos llevan mucho tiempo, la IA nos va a ayudar a hacerlas mucho más rápido", explica García.

Los contras: sesgos, desinformación y dependencia

Sin embargo, no todo es positivo. La adopción acelerada de estas herramientas también ha traído consigo una serie de desafíos: 

 • Sesgos algorítmicos: La IA aprende de los datos, y si estos contienen prejuicios, estos se replican en las respuestas. Esto puede afectar decisiones en áreas críticas como justicia, recursos humanos o salud. 

 • Desinformación: Con la facilidad para generar textos falsos, imágenes hiperrealistas y audios manipulados, el riesgo de propagación de fake news es cada vez mayor. 

De hecho, García manifiesta que, por ejemplo, Chat GPT "no sabe decir no". "Se ha programado para dar respuestas, con lo cual, cuando no sabe de algo, el chat no es consciente de que no lo sabe, por lo que coge lo primero que pilla. Se tira un triple, y falla. Si tu te lo crees y no lo compruebas, puedes tener un problema", afirma García.

 • Dependencia tecnológica: La comodidad puede llevar a un uso excesivo de estas herramientas, disminuyendo la capacidad crítica, la creatividad natural y la autonomía intelectual de las personas.

¿Cómo usar bien la IA?

Expertos en ética tecnológica coinciden en que el buen uso de la inteligencia artificial no depende solo de los desarrolladores, sino también de los usuarios. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Verificar la información generada por IA antes de compartirla o utilizarla en contextos importantes. 

 • No delegar completamente el pensamiento crítico: usar estas herramientas como complemento, no como reemplazo. 

 • Proteger la privacidad evitando compartir datos personales sensibles en plataformas públicas o no verificadas. 

 • Fomentar el uso educativo y colaborativo que potencie las habilidades humanas, en lugar de suprimirlas.