Aunque en el pasado fue un ave escasa, hoy se ha logrado un incremento de cría del periquito del Oro en Ecuador gracias a la acción conjunta de Loro Parque Fundación y la Fundación Jocotoco en Ecuador. El éxito en la cría ha sido posible gracias a la implementación de nidos artificiales y a la preservación de la Reserva de Buenaventura en la zona. Con la creación de corredores biológicos protegidos e investigados se logra que esta especie pueda aumentar cada año su población.

En declaraciones a COPE CANARIAS, el director científico de Loro Parque Fundación, Rafael Zamora, afirmó que el loro es algo emblemático en la zona de Ecuador y que en concreto el crecimiento del periquito del Oro sigue en auge. De hecho, gracias al corredor ecológico, se ha podido determinar que más del 93% de los pollos que nacen en los nidos artificiales, consiguen volar y logran su independencia en la naturaleza en la zona en la que habitan. Según Zamora, los padres asumen que producen una cantidad y asumen que solo van a sobrevivir los más fuertes y cuando la especie está en peligro “tenemos que ayudar”, aunque los “biólogos tratamos de evitar la intervención en la naturaleza a no ser que sea estrictamente necesario y la naturaleza lo necesite”.

En cuanto a la construcción de los nidos, Zamora explicó que “hay que ver la biología de cada especie en su construcción”. La suerte es que como en “Loro Parque tenemos la mayor reserva genética de loros del mundo, los biólogos nos pueden consultar”. Los nidos son verticales de 50 a 60 centímetros de alto y se construyen en los centros. El nido tiene una protección y tejado a un agua y debe ir bien camuflado en el tronco para que los animales lo acepten. Esto permite que el periquito busque la semilla del árbol y la disperse e inicie la reforestación en la zona. “Es un proyecto magnífico y se está haciendo muy bien”, destacó el científico.

Este proyecto comparte la coordinación continuada entre la educación ambiental, los estudios y los trabajos científicos de campo y la reforestación, que se dan la mano en un acuerdo fructífero que no para de crecer. En la fase educativa, los locales más jóvenes reciben información adaptada para reconocer a la especie y protegerla. Zamora aseguró que es un trabajo emocionante y es necesario contarlo para que el resto se impregne de esas vivencias.

Gracias al trabajo de protección, los científicos en la reserva de Buenaventura han podido encontrar nuevas especies. De hecho, han conseguido encontrar en estos mismos territorios nuevas especies de ranas, orquídeas y reptiles. “Estamos entusiasmados porque no solo evitas que una especie se extinga, sino que gracias al paraguas de esa especie aparecen nuevas para la ciencia así que no solo estamos protegiendo sino descubriendo otras nuevas que son vitales para la especie humana”, concluyó Rafael Zamora con entusiasmo.

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