Maspalomas se ha convertido en el hábitat perfecto para los mosquitos que, tras las lluvias y el sol, se han asentado en los alrededores de la charca. Vecinos, turistas y trabajadores de la zona han sufrido las consecuencias del agua estancada que no es la primera vez que atrae a estos insectos y que, además, ya se han expandido a las zonas residenciales aledañas.

Un trabajador de los alrededores de la zona indica que desde el martes por la noche han podido observar el aumento exponencial en el número de estos insectos. “Llegué a tener unos 20 o 30 mosquitos encima”, ha destacado.

Manuel (nombre ficticio) ha tenido que acudir al Servicio de Urgencias del Centro de Salud de Vecindario, donde reside, porque durante la jornada del jueves las picaduras se le inflamaron hasta llegar a un aspecto “infeccioso”. “Primero fui a la farmacia, pero me mandaron a urgencias porque me dijeron que estaban bastante complicadas”, afirma. Ha llegado a contar más de 100 picaduras en su cuerpo.

Sin embargo, no se trata de una situación puntual, ya que según el trabajador en el Centro de Salud observó cómo llegaban unas 5 o 6 personas más aquejadas de la misma dolencia. “Algunos estaban peor que yo porque eran alérgicos”, advierte.

Este problema se repite en la localidad turística del municipio debido a que el agua que se queda concentrada en la Charca de Maspalomas atrae a insectos, algo que perjudica no solo a los vecinos sino también a las empresas, ya que, según Manuel, “los pocos clientes que vienen se van por el miedo a las picaduras”.

Algunos residentes de la zona han dejado de acudir a pasear, ya que insisten en que la cantidad de estos insectos “es enorme” y temen las consecuencias que les puedan producir.

El trabajador asegura estar mejor, ya que en el centro sanitario le pusieron un tratamiento a base de pastillas y pomadas que le han hecho mejorar, pero ha destacado que lo que se está viviendo “es una locura”.