SOCIEDAD

Más de un año viviendo en el palmeral de Maspalomas: "Somos invisibles, me tratan con prepotencia"

Loli, mujer de 54 años, se ha cansado de acudir a los servicios sociales del municipio porque no le dan ninguna solución y le declinan las ayudas de emergencia

Redacción COPE Gran Canaria

Gran Canaria - Publicado el - Actualizado

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Loli es una mujer de 54 años que lleva un año y un mes viviendo en una tienda de campaña, en el palmeral del Oasis en el sur de Gran Canaria. Esa zona se encuentra junto a la parada de guaguas de Maspalomas y el hotel más lujoso de la isla y en ella viven actualmente alrededor de 15 personas sin techo. Esta mujer denuncia que lleva un año

En COPE Gran Canaria hemos querido poner voz a Loli. Ella llegó a ese palmeral por un desahucio, ya que tras el covid se quedó sin su trabajo. Dice que “el desahucio no fue por falta de pago, sino que en el 2019 le ayudaron en el cabildo insular para pagar el alquiler y como pagan a 90 días se agarró judicialmente la propietaria para echarla. Eso, a pesar de que al final le acabaron pagando desde la administración”.

Loli nos cuenta cómo termino viviendo en el palmeral. En COPE Gran Canaria relata que cuando trabajaba en una panadería, ella acudía a llevar pan o comida que no podían vender a la gente que vivía en esa zona para que pudiesen tener algo para comer. Cuando ella se vio en situación de calle, una de las personas que vivía allí se enteró y le dijo que se construyera su propio campamento.

Loli: “Yo trabajaba en una panadería en el Tablero, los jefes me dejaban ir y llevar el pan que sobraba y toda la comida que no se podía vender. Lo traía al palmeral que no tenía para comer, porque nos pilló a todos con el covid. Cuando uno de ellos se enteró de que iba a tener un desahucio me ayudó a montar un camping".

Dice que vivir en el palmeral, no es como tener una casa, pero que "sobrevives como se puede". Ella ha sido de las afortunadas que ha podido comprarse un baño químico para poder “tener mi propio baño y voy sobreviviendo”.

DESDE SERVICIOS SOCIALES NO LE DAN SOLUCIONES

Loli cuenta que ha acudido a los servicios sociales inumerables vecesy que siempre le han rechazado ayudarla. Dice que siente impotencia y que como ha recibido una pequeña ayuda, le han transmitido que no pueden hacer más por ella.

“Desde este mes de enero empecé a cobrar una ayuda por tener a una persona a mi cargo. En abril he cobrado 231 euros y según unta trabajadora social yo debería vivir en una habitación porque ese dinero me da y no seguir viviendo en la calle”, aseveró.

Asegura que le han llamado para poder limpiar una clínica y que con ese trabajo podría incluso llegar a cobra 200 euros más. “Por algo se empieza y no puedo decir que no al trabajo”.

Insiste en que ella no quiere que le regalen nada, pero pide que les ayuden para que les busquen un alquiler que ella pueda permitirse. Asegura que lleva años pidiendo citas en los servicios sociales y que tras muchas largas finalmente la atendieron.

“Yo llevo un año pidiendo ayuda a gritos, el año pasado incluso nos mandaron la policía para desahuciarnos y tuvo que intervenir la consejera de Derechos Sociales para buscarnos una solución. Yo no quiero que me regalen nada, pero sí que me ayuden para que me busquen un alquiler aquí para que yo pueda permitírmelo”.

Loli: “Para una cita que tuve, me trataron con chulería prepotencia e incluso que no podían perder el tiempo conmigo. Es más, me decían que estaba cobrando la RAI, algo que no es cierto y acabé poniendo una hoja de reclamación. Con lo cual, si antes no me hacían caso, ahora menos”.

DESPUÉS DE UN AÑO Y UN MES, NADIE LE AYUDA

Dice que ya ha desistido y cree que nadie va a tomar cartas en el asunto. “Ahora podrán llamarme por la presión mediática, peo tengo claro el trato que llevo teniendo durante todo este año: me ignoran, me tratan con chulería, prepotencia, me tratan como una mierda y yo ya no voy a ir más a servicios sociales ni pedir cita con nadie. Yo ahora voy a ir a los medios de comunicación para que sirva para algo”.

Loli insiste en que “lo que no puede ser es que yo viva en la calle, pidas un certificado oficial para poder ir a la ONG, con la que yo colaboraba antes, para que te den comida y no te lo den”.

Concluye destacando que le han quitado la trabajadora social porque ella ya recibió una ayuda que sobrepasaba los 300 euros, porque eran dos pagos atrasados. Es por eso, que desde las administraciones le han insistido con que eso es suficiente y que puede vivir con ello. Pide una solución urgente y que le atiendan en los servicios sociales del municipio, ya “que estamos abandonados”.