Dicen de la serradura portuguesa que es el postre más fácil de hacer del mundo. Y no es para menos porque, sin necesidad de utilizar electrodomésticos como el horno y con solo tres ingredientes, puedes preparar un plato ideal para cerrar el menú perfecto. Es dulce, pero lo suficientemente ligero como para no empalagar.

Los ingredientes son, además, muy fáciles de conseguir: nata para montar, leche condensada y galletas maría. ¿Las cantidades? 600 mililitros de nata, 450 gramos de leche y 300 gramos de galletas. Con esta base, es imposible que este postre no esté rico.

En elaborarlo no se tarda más de 20 minutos. Una opción es montarlo como tarta, aunque lo más habitual en los últimos tiempos es presentarlo en vasitos individuales. Por una parte, hay que triturar las galletas y reservarlas. Por otra, montar la nata. Cuando empieza a espesar, hay que añadir la leche condensada y seguir batiendo hasta que la mezcla quede completamente montada.

Con los ingredientes preparados, hay que montar el postre: una capa de las galletas trituradas y una capa de la mezcla de nata y leche condensada. Empezando y terminando siempre con las galletas. Lo ideal es preparar el postre un día antes de su consumo, para que la galleta se reblandezca.