En Soto de Ribera nadie se explica qué ha podido ocurrir para que Pablo, de 46 años, haya decapitado presuntamente a su padre y haya lanzado su cabeza contra los vehículos que circulaban por la glorieta de la carretera Nacional 630 que está a pocos metros de la vivienda de la víctima, Miguel M., en la aldea de El Picón. Los agentes de la Guardia Civil han localizado el cadáver del hombre, de 71 años, en el exterior de la casa donde, presuntamente, su hijo le ha cortado la cabeza con un hacha.

El agresor fue visto después del crimen con la cabeza en una mano y el arma del crimen en la otra. Según los testigos, llevaba el torso desnudo y ensangrentado. "Me tiró la cabeza contra el capó", explicaba uno de los conductores que se cruzó con la dantesca escena a solo seis kilómetros de Oviedo. "Se iba abalanzando sobre los coches y había una cabeza junto a la mediana", aseguraba otra de las personas que alertaba minutos después a los servicios de emergencia sin dar crédito a lo que estaba viendo.

Sin antecedentes policiales

Pablo M., de 46 años, trabajaba por temporadas en una empresa láctea del concejo de Ribera de Arriba. Ahora se encuentra detenido y custodiado por la Guardia Civil en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) donde está recibiendo asistencia sanitaria porque en el momento del arresto "se encontraba fuera de sí". De momento, el presunto parricida va a permanecer en el área de psiquiatría, según han informado a COPE fuentes de la Benemérita.

La jueza titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, Begoña Fernández, que se encontraba de guardia en el momento en el que ocurrieron los hechos, se ha hecho cargo de la investigación tras proceder al levantamiento del cadáver.

El hombre que presuntamente ha matado a su padre no tenía antecedentes policiales ni denuncias previas por agresión, según las fuentes consultadas por COPE.

La víctima, un hombre "ejemplar"

El alcalde de Ribera de Arriba, Tomás Fernández, se encuentra "conmocionado" por el crimen. "El padre era un hombre ejemplar, modélico, buena gente y centrado", según ha explicado en COPE.

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Miguel M., de 71 años, estaba jubilado como celador del HUCA donde ahora su hijo recibe tratamiento antes de ser puesto a disposición judicial.

Padre e hijo iban juntos de excursión a la montaña

Padre e hijo solían ir juntos de monte con otros vecinos de Soto de Ribera. "Salían de excusión con nosotros y nunca vimos nada raro", ha explicado a COPE Javier, uno de los integrantes del Club de Montaña Riberano del que formaban parte.

"No sé qué ha podido ocurrir, es increíble", explica este conocido de la víctima y del agresor al que tampoco le consta que estuviera bajo tratamiento psiquiátrico.

Miguel M. se había separado hace varias décadas de su mujer y, al parecer, sus dos hijos vivían con él en Soto de Ribera, mientras que su hija había ido a vivir con la madre al concejo de Grado.