El Servicio de Salud del Principado (Sespa) comenzará a desmontar esta semana el hospital provisional instalado en el Recinto Ferial Luis Adaro de Gijón, ante la actual situación epidemiológica de Asturias, donde no se han registrado contagios de la COVID-19 en los últimos diecinueve días.

El centro sanitario ubicado en el recinto ferial se levantó en el momento más álgido de la pandemia del coronavirus en el Principado sin que tuviera que ser utilizado al no haberse visto desbordados en su capacidad asistencial los hospitales de la región.

El hospital de campaña, con 144 camas disponibles destinadas a pacientes de COVID-19 con síntomas leves que precisasen de aislamiento y cuidados en caso que se incrementen los ingresos hospitalarios supuso un coste de 450.000 euros.

En un comunicado, la gerente del Sespa, Concepción Saavedra, ha explicado que su cierre se ha decidido “en el escenario epidemiológico actual" tras más de dos semanas con cero casos diagnosticados y ha recordado que el denominado H144, “fue habilitado en un tiempo récord en el pico de la pandemia y se planteó como un recurso temporal”.

Las instalaciones se levantaron a finales de marzo para atender a pacientes dependientes positivos, con sintomatología leve y que no pudieran llevar a cabo su aislamiento domiciliario o en una residencia con garantías. Con su ubicación se aprovechaba el espacio diáfano del pabellón central del recinto ferial.

En menos de una semana se habilitaron las camas, distribuidas en doce módulos de hospitalización, con doble circuito (limpio y sucio) para garantizar la seguridad para pacientes y profesionales.

El Sespa ha decidido desmontar el H144 tras elaborar un plan de contingencia ante un posible aumento de la incidencia del virus respecto a la registrada de marzo a mayo en el que la reordenación excepcional prevista permitirá aumentar un 79 por ciento las plazas para casos positivos con sintomatología leve de personas independientes que no pueden realizar el aislamiento en sus domicilios.

También crecerán un 25 por ciento los puestos para los pacientes dependientes, leves y graves, sin posibilidad de aislamiento en sus residencias habituales; un 41 por ciento los destinados para casos graves y un 45 por ciento las camas para críticos.

El plan también dispone de 345 plazas para personas dependientes sospechosas o confirmadas con síntomas leves y sin posibilidad de aislamiento domiciliario, así como para pacientes graves positivos que sean dependientes.

Las plazas se distribuyen entre centros sociosanitarios susceptibles de medicalizar, la Fundación Hospital de Avilés, Cruz Roja Gijón, Hospital Monte Naranco y el Centro de Referencia Estatal para personas con Discapacidades Neurológicas de Langreo (en este último caso sería posible incrementar las 60 camas actuales).

Para los pacientes graves se dispone de 2.691 plazas en los hospitales públicos y de 197 camas de UCI en la red pública y concertada aunque esta última cifra se puede elevar hasta las 208 si se suman los recursos de los centros privados.

Para los casos con sintomatología leve sin posibilidad de aislamiento domiciliario hay 102 habitaciones individuales en la Residencia de Estudiantes de Mieres, un recurso pensado para las próximas semanas ante la afluencia de turistas.

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Por su parte, la red de Atención Primaria continuará con el seguimiento de casos leves y sospechosos en aislamiento domiciliario.