El curioso origen del Carmín de la Pola, la fiesta de prao que reúne a 60.000 personas en Asturias
La multitudinaria celebración tiene más de tres siglos de historia
Oviedo - Publicado el
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Es la gran romería de Asturias. El primer lunes después de la festividad de Nuestra Señora del Carmen llega El Carmín de Pola de Siero. La fiesta, declarada de Interés Turístico Regional, llega a reunir a más de 60.000 personas que suben al prao de La Sobatiella para compartir sidra y empanada y bajan pidiendo agua cuando oscurece. Pero no siempre fue así.
La celebración tiene su origen en el año 1695 cuando dos vecinos polesos, Andrés Quintanal y su mujer María García, muy devotos de la Virgen del Carmen, decidieron homenajearla con una ermita que les costó 12.000 reales y que fue levantada en la actual plaza de Les Campes. Fue entonces cuando comenzó una celebración que fue ganando fama y que pronto obligó a buscar un nuevo escenario amplio para acoger a la gran cantidad de asistentes que cada año acudía a la fiesta.
MÁS DE TRES SIGLOS DE HISTORIA
La romería de El Carmín ha tenido diversos emplazamientos en sus más de tres siglos de historia. También ha ido sumando tradiciones que inicialmente no existían. Es el caso de la subida conjunta hasta el prao de la fiesta catando o la bajada pidiendo agua. “Eso es bastante reciente, tendrá varias décadas”, ha explicado en COPE el cronista oficial de Pola de Siero, Juan José Domínguez.
Romeros en El Carmín
EL ÉXITO DEL CARMÍN
Romerías en Asturias hay muchas, pero no tan multitudinarias como El Carmín. ¿Cuál es el éxito de la fiesta? Domínguez lo atribuye a la hospitalidad y alegría que derrochan los polesos. “Todo aquel que venga tiene asegurado un trozo de empanada y unos culetes de sidra”, ha explicado.
Para evitar que la fiesta se convierta en un gran botellón, el Ayuntamiento de Siero ha prohibo acceder al prao de la Sobatiella con bebidas alcohólicas de alta graduación y solo permite consumir vino, cerveza y sidra.
La música también es una pata importante en la celebración. En su origen había danzantes junto a la ermita de Les Campes y no faltaba la Danza Prima para poner el broche a la jornada tras la merienda. En la actualidad, no falta la gaita y el tambor en Pola de Siero desde primera hora y, ya con la noche, el baile cotinua con las verbenas y DJ contratados por la organización.