La ministra de Industria, Comercio y Turismo, ReyesMaroto, y el CEO de ArcelorMittal, Aditya Mittal, han firmado este miércoles en Davos (Suiza) un acuerdo en el que se avanza en el Plan de descarbonización de las plantas que esta compañía tiene en Asturias y en País Vasco.

El documento recoge los compromisos anunciados ya hace un año y ratificados este martes en el encuentro de Pedro Sánchez y Lakshmi Mittal: Producir acero verde en la factoría de Gijón, mediante la utilización de hidrógeno y, además, como principal novedad, la posibilidad de un nuevo horno eléctrico en Avilés, que sustituiría a la actual acería.

Se trata de un proyecto de inversión público-privada que tiene el apoyo del Gobierno de España y del Gobierno de Asturias y supone un paso fundamental en la consolidación de capacidades productivas para la fabricación de acero con tecnologías más sostenibles, lo que contribuirá al proceso de descarbonización de este sector electrointensivo.

Según la ministra Maroto, “este acuerdo sitúa a España como el núcleocentral de la innovación y la descarbonización de la actividad del GrupoArcelorMittal en el mundo y está alineado con el objetivo del Gobierno de impulsar la transición hacia una industria descarbonizada.

Este proyectopermitirá a la compañía producir acero verde en sus centros industriales enAsturias y País Vasco mediante la utilización de hidrogeno producido conenergías renovables.

ArcelorMittal no solo contribuirá a la descarbonización de su actividad, sino que permitirá acelerar la descarbonización de las industrias auxiliares y otros sectores de actividad”.

El acuerdo establece que el Ministerio de Industria, dentro del Plan deRecuperación, Transformación y Resilencia, facilitará financiación para la construcción de un horno eléctrico en Gijón, una planta de reducción directadel mineral de hierro (DRI) con hidrógeno verde en esa misma instalación y la posibilidad de un nuevo horno eléctrico en Avilés.

El protocolo no avanza cantidades ni plazos, aunque sólo el proyecto anunciado el año pasado para Gijón suponía una inversión de 1.000 millones de euros, de los que la mitad serían con cargo a los Fondos Europeos de Recuperación.