La advertencia de un tendero a sus clientes ante el posible ascenso del Oviedo: “El lunes...”

Oviedo se prepara para uno de los momentos más esperados en años. La posibilidad de que el Real Oviedo regrese a Primera División este domingo ha despertado un entusiasmo generalizado que trasciende el ámbito deportivo. No es solo fútbol: es emoción, memoria, orgullo y una identidad compartida.

Las señales están por todas partes. Las calles lucen los colores del equipo, los balcones se llenan de banderas y hasta las tiendas se suman a la fiebre azul. En el barrio de Teatinos, una pequeña tienda de toda la vida ha colgado un cartel que ya ha dado la vuelta a las redes: “Cerrado el lunes”. No por descanso ni por obras, sino por si el Real Oviedo logra el ascenso. 

El cartel 

Detrás de ese gesto está José Antonio Blanco, comerciante y oviedista de toda la vida. Su decisión, tomada casi sin pensarlo, surgió de un impulso emocional ligado a su historia familiar. El aniversario del fallecimiento de su padre coincidía con estos días de ilusión, y su hijo, de 11 años, nunca ha visto al Oviedo en la máxima categoría. Todo eso se le juntó y decidió que, si se logra el objetivo, ese lunes no habrá venta: habrá celebración.

Lo que comenzó como una anécdota local se convirtió rápidamente en un fenómeno en redes sociales. El cartel fue compartido por un usuario con miles de seguidores y generó una avalancha de comentarios, algunos con tono de humor y otros con críticas. Hubo quien interpretó el gesto como una provocación, pero también muchos que lo entendieron como lo que es: una muestra de amor por un equipo y por una ciudad. 

Barrio y fútbol

Pese a la polémica en internet, la respuesta en el barrio ha sido positiva. Los vecinos han acogido la idea con simpatía, incluso los que no son futboleros. Para muchos, ver a José Antonio emocionado por una posible victoria deportiva tiene más que ver con las raíces que con los goles. Es el reflejo de una Oviedo que se siente orgullosa de lo que representa su equipo: lucha, resiliencia y comunidad.

José Antonio aún no sabe cómo celebrará el ascenso si llega. Recuerda el último, vivido en Cádiz, y le cuesta contener la emoción al pensar en lo que supondría repetirlo. Lo único que tiene claro es que lo hará con respeto, con alegría y rodeado de amigos, incluidos algunos sportinguistas que, asegura, ya le han dicho que se unirán a la fiesta si todo sale bien.