Cuáles son los pros y contras de los campamentos de verano

¿Mando a mi hijo de campamento? ¿A qué edad es bueno que vayan? ¿Cual es el mejor campamento para mi hijo? La psicóloga Paola Pérez Correas nos cuenta todas las claves

Laura Hernández

Zaragoza - Publicado el

4 min lectura

En Aragón, se autorizan alrededor de 430 campamentos de verano cada año, a los que acuden más de 26.400 jóvenes. Y la oferta es tan diversas como curiosa. Campamentos de deporte, de cocina, de artes, de idioma o con animales. Campamentos que duran una semana, 15 días o todo el mes. Inclusivos, rurales, urbanos …. Tanta variedad que puede hacernos dudar muchísimo.

La psicóloga Paola Pérez Correas explica que enviar a nuestros hijos es, en la mayoría de los casos, es una gran idea. Los veranos son muy largos y ofrecen una gran oportunidad para que los pequeños cambien de entorno y se relacionen con otros niños que no son los mismos que sus compañeros del cole ni con los que comparten las extraescolares. Así que esta puede ser una “experiencia muy enriquecedora para la mayoría de los niños y que fomentan valores como la autonomía, la autoestima y aportan cosas muy positivas”

Los beneficios, según la experta, pueden ser tanto físicos como psicológicos. El beneficio más evidente es que los niños desarrollan la independencia porque al estar alejados de sus padres tienen que tomar pequeñas decisiones pero muy importantes en el día a día. Por ejemplo, qué ropa se ponen cada día, qué llevar en la mochila, cómo organizar sus cosas, como resolver un conflicto con un compañero. Estas cosas “pequeñitas” fortalecen su autoconfianza y su autoestima.

Otro de los beneficios es que trabajan las habilidades sociales. Cómo compartir las cosas, cómo negociar, esperar turnos, resolver diferencias, etc. Los campamentos son un entorno de aprendizaje social muy potente. Pérez Correas lo recomienda especialmente para los niños y niñas que tienen más problemas a la hora de relacionarse.

A nivel físico, los beneficios son claros, dado que la mayoría de los campamentos se realizan en entornos naturales. Casi todos ofrecen deporte, senderismo o juegos de equipo. Así que se consigue reducir el sedentarismo, uno de los grandes problemas durante el curso. Además, y no menos importante, es un buen momento para que los niños desconecten de las pantallas.

Europa Press

Para los más pequeños son ideales los campamentos urbanos

¿CUAL ES LA EDAD IDEAL PARA EMPEZAR?

La psicóloga Paola Pérez Correas deja claro que la edad ideal depende mucho del niño y del tipo de campamento. Pero asegura que a partir de 5 o 6 años sería bueno que empezasen con campamentos de día. “Se llevan lo beneficioso de un campamento pero durmiendo en casa. Salen de su entorno, ser relacionan con otros niños., etc.”

La psicóloga recomienda esperar a los 7 u 8 años para empezar con campamentos de una semana o quince días y siempre dependiendo o de que el niño esté preparado para ir. Así que es importante conocer a nuestro hijo y tener en cuenta su carácter y su momento madurativo

CÓMO ELEGIR EL CAMPAMENTO ADECUADO

430 campamentos solo en Aragón, son muchos campamentos. Hay mucha oferta, así que ¿en qué nos tenemos que fijar para poder elegir bien?. Con lo que nunca fallaremos es si nos decantamos por uno que encaje con los intereses del niño. Si planteamos que el campamento sea un lugar de disfrute, tiene que gustarle al niño.

Pero además de esta premisa es muy importante verificar que es un buen campamento, a nivel de organización. Monitores cualificados, actividades estructuradas, que tenga un buen protocolo de emergencias, sobre todo si acampan en zonas de montaña y que la proporción de adultos y niños sea la adecuada.

CONTRAS

¿Hay desventajas si los mandamos a un campamento? Cómo todo en la vida, la respuesta es sí, hay también desventajas. Lo peor es que las expectativas no se cumplan. A veces, los niños pueden sentirse ansioso o angustiados... Para evitar esto, es importante hablarles antes para explicarles lo que van a vivir.

Además, según la psicóloga, es importante acudir a las reuniones previas que la mayoría de los campamentos ofrecen para poder contárselo todo a nuestros hijos que sepan que es lo que van a vivir. También es una oportunidad para, si nuestros hijos tienen alguna circunstancia especial, ponerlo en conocimientos de los monitores.

Lo importante, según Pérez Correas, es no obligar al niño. Esta experiencia no la pueden vivir como un castigo, o como una obligación. Tenemos que tener en cuenta que ellos están de vacaciones. Si van a un campamento de idiomas por ejemplo que también tengan momentos de ocio

Si está adaptado al niño, un campamento de verano es un momento de crecimiento personal, de diversión y aprendizaje en todos los sentidos. Los mejores recuerdos de la infancia pueden ir ligados a un campamento de verano.