¿Realmente tu hijo se porta 'mal' o tiene un problema? Esto es lo que la terapia ocupacional puede resolver

Zaragoza acoge los días 4 y 5 de abril el primer congreso en la materia, con expertos nacionales e internacionales

Marta López

Zaragoza - Publicado el

6 min lectura

Chavales que no quieren comer en el comedor, pequeños que pegan a sus compañeros en el colegio, actitudes desafiantes o adolescentes encerrados en una habitación sin querer salir. Son problemas a los que las familias se enfrentan cada vez con mayor frecuencia, con niños y niñas de todas las edades. 

A veces resumimos con simpleza estos comportamientos diciendo que nuestros hijos se portan 'mal'. ¿Pero realmente quieren hacerlo o tras su conducta hay un problema que no hemos sabido ver o tratar? ¿Podemos hacer algo para solucionarlo?

La terapia ocupacional es una profesión socio-sanitaria poco conocida todavía. Pero es capaz de conseguir logros importantes. Sus profesionales trabajan para que las personas adquieran destrezas que mejoren su autonomía y tengan una mejor calidad de vida.

Se entrena la destreza, las habilidades sensoriales y motoras con actividades, movimientos, entrenamientos e incluso juegos. Es algo fundamental en personas que ya tienen diagnosticada una discapacidad o un trastorno, como por ejemplo el autismo. Pero si aplicamos estas técnicas de forma preventiva, podemos evitar que se manifiesten determinados problemas o, al menos, minimizarlos.

De todo eso se va a hablar en Zaragoza en el primer Congreso de Terapia Ocupacional en Infancia y Adolescencia, que se va a celebrar en Zaragoza los días 4 y 5 de abril.

A través de talleres prácticos y ponencias, se abordan asuntos como “la creación de productos de apoyo para favorecer la autonomía en niños y niñas dentro del colectivo autista o cómo usar las nuevas tecnologías como la realidad virtual en ámbitos pediátricos”, señala Loreto Rodríguez, miembro del comité organizador del Congreso.

Se trata de “favorecer el desempeño de niñas y niñas en su vida diaria, teniendo en cuenta sus ocupaciones principales como la escuela, el ocio o el sueño”, señala. Y para ello, las familias son “un pilar fundamental”.

QUÉ HAY DETRÁS DE UNA MALA CONDUCTA

La terapia ocupacional es una profesión sanitaria y, como tal, a veces realiza su trabajo en centro de salud u hospitales. Pero lo realmente importante es actuar “dentro del contexto natural” del niño, señala la profesional Sonia Soriano, quien también es miembro del Comité Organizador del Congreso.

“Para hacer un buen análisis necesitamos observar la situación familiar, qué rol ocupa cada persona dentro de la familia; como está está la madre, el padre, el hermano; o si puede influir en la conducta del menor un uso excesivo de la tecnología”, explica.

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Dos niños juegan en un parte.

En este sentido, Soriano admite que las familias suelen preocuparse cuando ya se ha producido una conducta “disruptiva”, pero “esa conducta tiene un por qué”. “Un niño no quiere hacernos daño y, si la terapia ocupacional interviene, es más fácil prevenir y que la salud mental de adolescentes, jóvenes y adultos tenga un mejor pronóstico”, asegura.

Y como todo se entiende mejor con ejemplos, vamos con uno. Imagina a un niño que no sabe coger bien el lápiz. En este caso, la terapeuta se lo puede “diseñar y adaptar” porque el hecho de no poder hacerlo “va a tener otras implicaciones en su desarrollo”, explica Marta Marín, presidenta del Colegio de Terapia Ocupacional.

Otro caso frecuente: un niño que no quiere comer en el comedor. “Nos quedamos con la conducta pero haciendo un análisis resulta que a lo mejor le molesta el ruido y necesita comer antes o después; o se siente torpe porque no sabe usar los cubiertos y hay que hacer una adaptación”, apunta.

La adicción a las nuevas tecnologías es uno de los aspectos que condiciona el comportamiento de niños y adolescentes. “Cuando un niño se queda atrás en clase o aparece esa conducta disruptiva, a veces se confunde con los comportamientos clásicos de la adolescencia, pero debemos estar y analizar, sobre todo si ya hay un diagnóstico, pero también con la aparición de esas 'alarmas'”, explica Marín.

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Un grupo de niños contemplando el paisaje.

El uso excesivo de los dispositivos “está afectando a algo tan básico como atarse los zapatos”, ya que los pequeños pierden la destreza. Otra consecuencia es “que las texturas no se integren y les den asco porque están acostumbrados a un mundo aséptico de pantallas donde las cosas no se tocan en realidad”, apunta.

La observación es clave para entender por qué se producen determinados comportamientos. Cuando un niño pequeño, de Infantil, “que nunca ha pegado a otro niño, de repente todos los días muerde a no sé quién o responde de forma agresiva al estar con otros niños, puede ser que sienta un rechazo total al contacto físico”.

Al final, se trata de entender por qué los niños actúan de una determinada manera. Soriano explica un caso concreto en el que un niño ofrecía una conducta “muy desafiante, en la que tiraba una mandarina al suelo y no quería recogerla”. Después de analizar la situación, se dieron cuenta de que el niño “no tenía la destreza motora para abrirla y su estrategia era tirarla al suelo para que se rompiera y cuando le riñen se siente aún peor”. “Estaba sufriendo muchísimo y estamos viendo casos de ansiedad en niños muy pequeños”, alerta.

¿POR QUÉ ZARAGOZA?

La celebración en la capital aragonesa de este Congreso de Terapia Ocupacional en Infancia y Adolescencia tiene un por qué. Esta disciplina tiene su origen en la forma de trabajar del Hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza, que cumple 600 años en este 2025 y que fue pionero en determinados tratamientos.

“Esos 'locos' que en otros países eran considerados animales, aquí cuidaban el huerto o los animales, estaban ocupados”, explica la presidenta del Colegio de Terapeutas Ocupaciones de Aragón, Marta Martín. En Zaragoza se aplicaron ideas adelantadas a su tiempo, como dejar de atar a estas personas. Y es en esta ciudad donde se impartió por primera vez formación en terapia ocupacional. El primer Colegio Profesional de España en esta área se fundó en 2001 en Zaragoza.

Ahora el reto es que esta disciplina tan útil se extienda. Y este congreso quiere servir también para que adquiera la importancia necesaria. “Queremos que haya terapia ocupacional en colegios e institutos y, algo que podría parecer muy básico, que nuestras funciones las lleve a cabo alguien que ejerza esta profesión, con más presencia en la sanidad pública y en la atención temprana”, señala Martín.

En esta cita se abordará también la participación social y el ocio en niños con discapacidad, la integración sensorial, actividades de la vida diaria, equilibrio ocupacional en familias o la salud mental perinatal, entre otros asuntos.

Además, se incluyen talleres prácticos que permiten conocer los avances y novedades de la profesión, como son la creación de un plato para facilitar la alimentación en niños con TEA, la necesidad de trabajar con las familias creando sinergias, evaluar la cognición funcional con realidad virtual, diseñar actividades de ocio inclusivas, la metacognición al servicio de la resolución de problemas en la vida cotidiana.

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