La moda del turismo en ruinas: los 5 lugares abandonados más espectaculares de Aragón

Allí donde hubo vida, hoy hay tranquilidad y eso es lo que buscan los turistas que optan por visitar los enclaves olvidados más llamativos de Aragón

ANNA ABAD

Los lugares abandonados, moda turística en Aragón

Anna Abad

Zaragoza - Publicado el

5 min lectura

Frente al turismo masificado nos encontramos la moda de visitar aquellos lugares a los que ya nadie va. Pueblos, fábricas u hospitales que tuvieron vida hace décadas, pero que con el paso de los años han ido cayendo en decadencia que hoy les hace ser foco de las miradas de los turistas más curiosos.

CENTRAL TÉRMICA DE ALIAGA

La central térmica de Aliaga es un testimonio de lo que fue la economía turolense en los años 50 y 60. El carbón sustentaba la vida de los habitantes de muchos pueblos de comarcas como Andorra - Sierra de Arcos o las Cuencas Mineras. En Aliaga, donde podemos ver todavía estas instalaciones, tenemos un claro ejemplo de todo el proceso que se realizaba para obtener energía a partir del carbón.

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Central Térmica de Aliaga

En la zona alta todavía se pueden ver los accesos a las minas e intuir como se realizaba el traslado del carbón hasta las instalaciones de la central térmica. En los alrededores de la central hay también un edificio que en su día sirvió de oficina, vestuario y aula de formación. Mientras que, ya protegido con una valla a su alrededor, sigue estando el esqueleto del imponente edificio de la central térmica de Aliaga.

Esta central fue inaugurada a comienzos de los años 50 y la gran demanda de carbón hizo que se terminasen los recursos en Aliaga y tuvieran que empezar a traerse por carretera desde Utrillas, Ariño o Palomar. Ello incrementó los costes lo que, unido a problemas técnicos en la central y la desactualización de las instalaciones, hizo que tuviera que cerrar sus puertas a principios de los años 80. Desde entonces, estas instalaciones llevan 40 años abandonadas siendo un testimonio visual de lo que en su día fue el sostén económico de esta zona de la provincia de Teruel.

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Entorno de la central térmica de Aliaga

SANATORIO de TURBECULOSOS de agramonte

A comienzos del S.XX los casos de tuberculosis se multiplican. Para tratar esta enfermedad y otras patologías respiratorias se comenzaron a construir hospitales en lugares situados a elevada altura. Fue algo que se realizó por toda España e incluso, en distintos países europeos. Se consideraba que la calidad del aire de la montaña era beneficiosa para estos pacientes.

Así, en Zaragoza, se construyó el Sanatorio de Agramonte en el Moncayo. El proyecto comenzó a llevarse a cabo en 1934. Quedó paralizado por la Guerra Civil y se concluyó en 1938. En él las Hermanas de la Caridad de Santa Ana con la ayuda de la Caja de Ahorros de Zaragoza (hoy, Ibercaja) llevaban a cabo una labor social formando enfermeras que cuidaban a los pacientes de tuberculosis que no podían pagarse los tratamientos en otros centros. 

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Sanatorio abandonado de Agramonte

Tras 40 años de servicio, a finales de los años 70, este sanatorio cerró sus puertas porque los tratamientos de tuberculosis pasaron a entrar dentro de la sanidad pública. Desde entonces este antiguo sanatorio permanece abandonado y abierto de par de par, lo que le convierte en un punto de acceso habitual para los amantes de lo paranormal y del turismo de lugares abandonados. 

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Pasillo donde se ubicaban los pacientes con turbeculosis

Como curiosidad, destacan los restos de su lujosa entrada con suelo de mármol. Se construyó así porque en el proyecto inicial no solo se contemplaba un sanatorio en este enclave, sino que también se quería dar un impulso a esta zona del Moncayo con la construcción de un hotel.

despoblado la estrella en teruel

La provincia de Teruel tiene una gran extensión, pero cada vez menos vecinos. Los pequeños pueblos turolenses se van quedando abandonados con la marcha de sus vecinos a núcleos mayores de población. Este fenómeno comenzó a darse con fuerza en Teruel en los 60 con el paso de la vida en el campo a una tendencia más industrial alrededor de las grandes ciudades.

A pesar de ello, muchos pueblos han podido resistir en las últimas décadas, aunque sea con pocos vecinos. Es lo que estaba sucediendo en La Estrella, pero ahora este municipio ha quedado despoblado con la marcha de sus dos últimos vecinos. Eran Sinforosa y Martín, un matrimonio de casi 90 años que estuvieron viviendo solos en La Estrella durante casi 30 años. Sus problemas de salud les hicieron abandonar el pueblo hace apenas un par de años.

La Estrella es un ejemplo perfecto de ese turismo que lleva a los visitantes a los pueblos abandonados donde ya nadie quiere vivir. En Teruel hay hasta 73 pueblos fantasmas, pero La Estrella está siendo uno de los más visitados en los últimos años porque todavía se encuentra en un estado perfecto de conservación.

Paseando por sus calles podemos ver casas de piedra en perfecto estado, la iglesia con su cúpula azul, el lavadero e incluso, algunos gatos a los que los turistas dan de comer.

antiguo aeródromo de calamocha

También en la provincia de Teruel y encuadrado en el conocido como 'Triángulo del frío' se encuentra el antiguo aeródromo de Calamocha. Se inauguró en 1929 como aeródromo civil y sus pequeñas instalaciones fueron utilizadas posteriormente, por el bando nacional durante la Guerra Civil. Durante la famosa Batalla de Teruel, entre 1937 y 1938, este aeródromo fue de vital importancia al albergar aviones alemanes que habían llegado como refuerzo del bando nacional en la contienda.

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Piscina en el antiguo aeródromo de Calamocha

Tras la guerra, el Ejército del Aire siguió usando estas instalaciones y a finales de los años 60 paso a ser de nuevo, un aeródromo civil. Apenas tenía uso y terminó siendo abandonado en la década de los 80.

Desde entonces, este aeródromo sigue abandonado y sus instalaciones totalmente abiertas y sin ningún tipo de uso ni conservación. Está formado por un edificio central con acceso a una azotea, además de varias pequeñas casas, algunas con piscina incluida, que junto con las pistas de aviación formaban el conjunto de este antiguo aeródromo de Calamocha.

FINESTRAS, un enclave natural privilegiado

La provincia de Huesca tampoco escapa a la despoblación y al abandono de muchos pequeños núcleos de población. Entre ellos destaca, por la belleza de su entorno, la localidad de Finestras o Finestres. Se encuentra en la comarca de La Ribagorza y es una pequeña aldea de apenas una decena de casas y una única calle

Entre sus restos todavía podemos ver señales de lo que fue su lavadero, la iglesia, el molino de aceite del que vivían la mayoría de sus vecinos y destaca especialmente, la Casa Coix, la mejor conservada del pueblo hasta la fecha y la que más llama la atención de los turistas.

Esta aldea despoblada presenta además, un atractivo añadido por el emplazamiento natural en el que se encuentra ubicada. Tiene unas espectaculares vistas en altura hacia el embalse de Canelles en cuyo alrededores se encuentra una curiosa formación rocosa conocida como 'La Muralla China de Finestras'.