Dos hermanos radioaficionados durante el apagón: “No sabíamos nada de mi padre”
Jorge y Blanca explican sus peripecias para conectarse gracias a unos walkie talkie con baterías y un tercer radioaficionado que les hizo de puente
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
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Se cumple una semana del histórico apagón que dejó a todo el país sin electricidad y, en muchos casos, también sin telecomunicaciones. Un gran número de teléfonos dejó de funcionar, no teníamos WhatsApp, y localizar a nuestros familiares se convirtió en algunos casos en una odisea.
Es el caso de Jorge y Blanca, dos hermanos de Erla, un municipio a 58 km de Zaragoza, que no podían contactar entre ellos y, lo que es peor, tampoco con su padre, de 94 años, a quien el apagón le pilló en la capital aragonesa. Ambos son radioaficionados y, gracias a ello, acabaron conectando aunque no sin dificultades. Este lunes nos han contado su historia en COPE.
UN RADIO AFICIONADO ATENTO
Tanto el padre como la hermana estaban en Zaragoza cuando el país entero se fundió en negro. Jorge ha asegurado que pudieron contactar a través de la radio, pero no fue fácil. De hecho, necesitaron que un compañero les hiciera de puente.
"Mi hermana tenía un walkie talkie y yo otro, con unas baterías simples", ha recordado. Pero esto no fue suficiente para poder hablar entre ellos. "No había manera, mi hermana me estaba buscando en una frecuencia en la que yo no estaba", señala.
"Era todo un poco caótico, no podía localizar a nadie, no sabía si llamar a los Bomberos, mi padre me estaba llamando a mí pero el teléfono no iba", recuerda Blanca.
Como radioaficionada, tiene emisoras y walkie talkie, pero el apagón le sorprendió fuera de casa. "Con el walkie enlazamos con otra persona y entre los tres conseguimos ponernos en contacto", nos cuenta.
Esa tercera persona es Mariano, otro radioaficionado que durante la emergencia estuvo "atento a la escucha" para poder echar una mano a quien lo necesitara.
"Oí la llamada desesperada de Blanca intentando localizar a su hermano por una frecuencia, un repetidor de Zaragoza; y a Jorge lo estaba escuchando por un repetidor de la zona de Huesca, era imposible que se comunicaran", ha explicado en COPE.
Así que Mariano hizo de puente, oyendo a ambos. "Incluso quise poner el walkie para que se escucharan entre ambos pero era una situación un poco complicada", asegura.
BATERÍAS PARA CONECTAR
¿Pero cómo podían funcionar los repetidores si también necesitan electricidad? "Algunos repetidores de radio aficionados tienen baterías o están conectados a hospitales, por eso se podía emitir, pero no todos estaban conectados", ha explicado Blanca.
Cuando avanzó la noche, Jorge tenía baterías pero no luz. Y, finalmente, Blanca pudo llegar a su casa. "Costó comunicar con mi padre porque la luz no volvió aquí hasta las 12 de la noche, me iba enterando de las cosas por mi hermana a través de la radio", recuerda Jorge.
"Mi padre está bien pero el susto nos lo llevamos", asegura, al tiempo que bromea diciendo que "ojalá él también hubiera llevado un walkie".
SIEMPRE ALERTA
Gracias a la frecuencia HF, Mariano podía escuchar lo que sucedía "en toda España e incluso en Portugal". Él tiene claro que es una alternativa de comunicación "muy válida" frente al teléfono. "Yo lo recomiendo", asegura.
De hecho, anima a las familias a inculcar esta pasión a los niños. Algunos aparatos infantiles tipo walkie funcionan con frecuencias PMR, sistemas de radio de corto alcance. "Son legales, pueden empezar con eso", insiste.
La vocación de ayuda de Mariano es innata a los radioafionados. "Nos encanta colaborar, la emergencia era muy grande", asegura. De hecho, también echó una mano a otra radioaficionada que no conseguía localizar a sus padres y a los que consiguieron encontrar en un hotel.
La Unión de Radioaficionados de Zaragoza, a la que pertenecen los tres protagonistas de esta historia, está formada por casi 200 personas. Más allá de las numerosas anécdotas vividas el día del apagón, su labor solidaria en momentos difíciles está fuera de toda duda.
Un número importante de sus miembros forman parte del grupo de emergencias de las comunicaciones (Remer), creado por Protección Civil para poder responder a la mayor brevedad posible y de forma organizada ante una catástrofe.
Además del apagón, los radioaficionados tuvieron un papel fundamental durante el terremoto de Lorca, coordinando la ayuda entre hospitales y cuerpos de seguridad. En los incendios de Galicia, y Aragón, los voluntarios con las emisoras ayudaron a establecer comunicaciones con los servicios de emergencia, y lo que es más importante, fueron partícipes de la seguridad de los vecinos afectados.
Lo mismo ocurrió en la nevada del temporal Filomena, que colapso Madrid y otras zonas del país, dejando incomunicadas a muchas localidades. La colaboración de los radioaficionados resultó esencial para informar del estado de las carreteras, avisar sobre las personas que se habían quedado atrapadas, o mantener el contacto que tranquilizaba a los perjudicados aportándoles la necesaria información.