Con la llegada de la primavera, todos los años se repite la misma historia: la procesionaria sale de sus bolsones donde ha permanecido oculta en las ramas sobre todo de los pinos, y empiezan a dar problemas. El tratamiento preventivo que se ha realizado en Zaragoza contra esta plaga ha permitido reducir a una quinta parte su incidencia respecto al año pasado.

Este tratamiento incluido en la Estrategia de Sanidad Vegetal del Servicio de Parques y Jardines del ayuntamiento de Zaragoza, ha permitido retirar este año unos 1.800 bolsones. Para ello se han utilizado en todo momento, productos no dañinos para el medio ambiente ni para el resto de especies.

Estamos en la última fase del ciclo biológico de este lepidóptero y ahora es cuando llega lo peor: cuando estas orugas comienzan a bajar por el tronco de los arboles o directamente se caen al suelo al abrirse los bolsones, y entran en contacto con las personas o con sus mascotas provocándoles importantes reacciones alérgicas.

El Ayuntamiento de Zaragoza ha colocado 36 carteles informativos en las zonas donde se ha detectado su presencia para que se extreme el cuidado.

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