Tecnología y nueva movilidad para frenar el COVID

Las aplicaciones permiten establecer rutas desconocidas y saber, por ejemplo, si un autobús viene lleno

iBERCAJA nueva movilidad

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La nueva movilidad ya es una realidad. El transporte público convive con vehículos compartidos, como bicis o patinetes. La tecnología puede hacer que los combinemos de forma más fácil. Pero, además, puede ayudar a elaborar rutas seguras y minimizar el contagio por COVID. De todo eso se ha hablado este jueves en la Fundación Ibercaja, donde se ha debatido sobre el transporte bajo demanda y para qué puede ser útil.

Y, a tenor de lo que han expuesto los ponentes, su utilidad está fuera de dudas. Ejemplos tenemos. ¿Cuántas veces hemos tenido que combinar dos autobuses dando un gran rodeo o hacer un trayecto largo a pie antes de llegar a una parada? “Es difícil que un usuario conozca todas las rutas posibles”, explica Guillermo Campoamor, cofundador de Meep. Esta aplicación combina el transporte público urbano con motos o bicis compartidas, entre otros.

Con este sistema, podemos obtener “nuevas rutas personalizadas, con categorías según nuestras prioridades”, y también la posibilidad de pagar. Pero con el escenario post-pandemia, ofrece otras posibilidades apetecibles, como conocer el nivel de ocupación de los vehículos. “Habrá gente que no quiera montarse en un autobús lleno de gente, que a lo mejor prefiere esperar a que pasen dos y tener la certeza de que no viene lleno porque me lo dice Meet”.

Otra opción: Shotl, el bus a demanda. En vez de rutas con paradas fijas, se hacen nubes de paradas donde el usuario, en tiempo real o con antelación, dice cuál va a usar. En Vallirana, una población de Barcelona con 7.500 habitantes y con 4,9km2, cuentan con un solo minibús. “Son 150 km de calles con un gran desnivel”, explica Adrià Giménez, product manager de Shotl. Después de implantar la aplicación, han pasado de 50 a 80 paradas, reduciendo el tiempo de espera de 175 minutos a 13, triplicando usuarios.

Y, como en el caso anterior, también ofrece muchas posibilidades en un escenario como el actual. “Se pueden hacer cambios de forma muy rápido, en 24 horas podemos fusionar áreas o limitar la capacidad de los vehículos”, asegura. Como funciona con una aplicación, el propio conductor puede apuntar en ella cuántos viajeros suben al vehículo y los usuarios podrían recibir esa información al instante.

Los cambios y las nuevas formas de moverse han venido para quedarse. Pero el futuro nos depara nuevos retos. Según Giménez, “la nueva ola de digitalización pasa por los vehículos sin conductor”.

Síguenos en Twitter y Facebook