Turismo de concienciación en el Pirineo Aragonés: vivir el pastoreo de alta montaña en primera persona

Una propuesta de ovino-turismo en el valle de Hecho permite a los visitantes acompañar a un pastor trashumante y descubrir el valor cultural y ambiental del pastoreo de alta montaña

Paola Bandrés

Jaca - Publicado el

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En el Pirineo Aragonés, entre bosques, praderas y cumbres, el pastoreo de alta montaña sigue siendo mucho más que un oficio: es un elemento esencial para el equilibrio ecológico, la gestión sostenible del territorio y la preservación de una cultura que ha modelado el paisaje durante siglos. Los pastores trashumantes no solo producen alimentos de calidad, sino que, con su trabajo diario, contribuyen a mantener abiertos los pastos, a prevenir incendios y a conservar la biodiversidad.

Sin embargo, para gran parte de la sociedad, este modo de vida es desconocido. El aumento del turismo en los valles pirenaicos ofrece una oportunidad única para acercar a los visitantes a la realidad del sector primario. "A veces estos trabajos tan degradados por la historia, que parecen tan antiguos, merecen ser vistos de otra manera", explica Luis Casajús, ganadero trashumante de Hecho y protagonista de "Tras los pasos del pastor", una propuesta de ovino-turismo que permite vivir una jornada completa de pastoreo en primera persona.

Vivir el día a día de UN GANADERO TRASHUMANTE

La actividad comienza al amanecer, a las 7:30 horas, en el parking de la Selva de Oza (valle de Hecho). Desde allí, junto a Casajús y el guía de montaña Guillermo Ipas, los participantes emprenden una subida de 700 metros de desnivel hasta alcanzar el redil natural donde pastan 1.500 ovejas durante el verano.

Durante el ascenso, los visitantes reciben explicaciones sobre la historia de la trashumancia en el valle, la gestión del rebaño y el papel del pastoreo en la sostenibilidad de la montaña. "Para nosotros lo más interesante es acercar nuestro día a día a quienes no lo conocen", afirma el ganadero.

Una vez en la montaña, los turistas participan en las tareas diarias: revisión del ganado, curas si es necesario, suelta del rebaño y, quizá, la experiencia más sorprendente: dar sal a las ovejas. "Dar sal a las ovejas es un momento mágico: en vez de huir, se acercan a ti", cuenta Casajús. Tras estas labores llega el almuerzo en plena naturaleza, compartiendo historias, dudas y anécdotas antes de iniciar el descenso. En total, se trata de una experiencia de unas siete horas, apta para cualquier persona con una forma física media.

Más que turismo: educación ambiental y respeto por el medio rural

'Tras los pasos del pastor' forma parte del Proyecto BEEP (Bioeconomía forestal para potenciar el pastoralismo en los Pirineos), financiado con fondos Next Generation. Su objetivo es claro: poner en valor el pastoreo tradicional como motor de conservación ambiental y desarrollo rural.

"Queremos explicar cómo llega una bandeja de cordero al supermercado", subraya Casajús. Desde su crianza, el cuidado diario, la alimentación y todo el proceso hasta llegar al consumidor. Para él, esta labor divulgativa es tan importante como el propio trabajo en el monte: "Nuestra labor mantiene vivos los montes y la cultura del Pirineo".

"Hay personas que nunca han visto de cerca un rebaño y no imaginan las decisiones que tomamos cada día. Aquí pueden vivirlo y sentirlo", añade. La iniciativa aprovecha la creciente presencia de visitantes. "Es una oportunidad para conjugar el turismo con la ganadería y con los bonitos paisajes que tenemos en nuestro entorno", concluye.

La experiencia se ofrece en tres fechas de agosto —14, 26 y 28—, con posibilidad de ampliación para grupos de 4 a 10 personas durante agosto y septiembre. El precio es de 45 euros por persona, e incluye almuerzo, seguro y acompañamiento profesional.

Puedes consultar toda la información y reservar aquí o escribir a traslospasosdelpastor@gmail.com para inscribirte directamente.