PRADO, 53 años de historia en Jaca que continúan con nueva ilusión

José Juan Prado se jubila tras más de medio siglo al frente del emblemático comercio de interiorismo, que seguirá vivo gracias a la gestión de Amaya Torrón y Luis Martínez

Pablo Barrantes

Jaca - Publicado el - Actualizado

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En Jaca, hablar de interiorismo o decoración es hablar de PRADO. Un comercio emblemático que, lejos de cerrar sus puertas por jubilación como tristemente ocurre con tantos negocios históricos, inicia una nueva etapa llena de ilusión y continuidad. José Juan Prado, conocido cariñosamente como Cachi, se despide de la gestión tras 53 años de trabajo ininterrumpido, pero lo hace con la tranquilidad y la alegría de saber que su legado continuará. 

José Juan Prado y Amaya Torrón en Cope

Lo más positivo es que la tienda no se cierra, sigue adelante y creo que incluso con nuevas ideas que la harán crecer”, expresó Prado, que agradeció a clientes, proveedores y amigos la fidelidad demostrada durante más de medio siglo. Su jubilación no significa un adiós, sino un “hasta pronto”, porque seguirá vinculado y colaborando en esta transición.

El relevo lo toman la interiorista Amaya Torrón y el empresario Luis Martínez, quienes asumen el proyecto con entusiasmo. “Para nosotros es un gran reto profesional y estamos muy ilusionados. Queremos dar continuidad a la esencia de PRADO, pero también aportar nuestro granito de arena con nuevas propuestas de interiorismo y decoración”, explicó Torrón.

La tienda, situada en la Calle Mayor de Jaca, mantiene sus señas de identidad: primeras marcas exclusivas, trato cercano y un taller propio de confección a medida de cortinas, cojines y textiles, que ha sido siempre uno de los sellos de la casa. Al mismo tiempo, se ampliará la exposición de muebles auxiliares, iluminación y proyectos integrales de interiorismo para particulares, hoteles, restaurantes y oficinas.

Lejos de la imagen melancólica que dejan los escaparates vacíos de tantos comercios que cierran al llegar la jubilación, el caso de PRADO es diferente. Es una historia alegre, de relevo generacional, de continuidad y de apuesta por el comercio local en un momento en el que Jaca necesita referentes consolidados.

Como destacó Prado en su despedida: El mejor reconocimiento son los clientes que vuelven, año tras año. Ese ha sido siempre nuestro orgullo y lo seguirá siendo.