El ‘bosque del futuro’ ya lo cuidaban nuestros abuelos: la gestión tradicional del monte, clave contra los incendios
Las prácticas tradicionales de agricultura y ganadería que mantenían vivos los montes son ahora presentadas como la gran solución europea contra los incendios
Jaca - Publicado el
2 min lectura
El debate sobre los incendios forestales y la despoblación rural pone de manifiesto un nudo complejo en el que se cruzan medio ambiente, agricultura, ganadería y administración. Mientras en Europa se anuncian como grandes soluciones medidas para crear el 'bosque del futuro', lo cierto es que muchas de esas recetas ya las practicaban, de forma natural y cotidiana, nuestros abuelos y bisabuelos en el monte.
Así lo denuncia el agrarista Fran Aísa, que recuerda que la gestión del territorio que realizaban los habitantes del medio rural durante generaciones es la que ahora los expertos presentan como innovadora. “Me sorprende mucho que las medidas que propongan para los bosques del futuro, a nivel de Europa, son los bosques que habían gestionado nuestros bisabuelos, nuestros abuelos, nuestros padres… Y ahora se anuncian a bombo y platillo como si fueran la solución para que nuestros montes no se quemen”, lamenta.
El abandono del mundo rural, en el origen del problema
Aísa subraya que los grandes incendios no son solo consecuencia del cambio climático, sino del abandono del territorio. “La principal medida es que cada vez hay incendios de sexta generación porque no hay gente viviendo en el mundo rural. La han echado, nos han echado, nos siguen echando”, denuncia.
La despoblación y la burocracia, explica, han hecho imposible que quienes aún resisten en los pueblos puedan mantener limpios y productivos los montes. “Hay unos procesos administrativos horrorosos, y al final la gente dice: yo aguanto, pero los que vienen detrás no quiero que sigan”, resume.
Lo que funcionaba y se olvidó
Para el agrarista, la prevención es la clave y la receta está clara: volver a las prácticas de siempre. Ahora proponen como novedad paisajes en mosaico, pastoreo con grandes herbívoros, agricultura de montaña, vías de acceso en buen estado, puntos de agua disponibles y desbroces alrededor de carreteras y viviendas. “¿Qué ha sido lo que ha sido toda la agricultura y ganadería en la montaña hasta hace 60 o 70 años? Monte bajo, fajas cultivadas, pinos, carrascas, alcornoques… Y ahora lo llaman agroforestería”, ironiza.
El problema, advierte, es que la política es cortoplacista y no afronta los desafíos a largo plazo. “Tristemente, si seguimos aquí, en 2026 o 2027 estaremos hablando de lo mismo, porque nadie quiere abordar los problemas de raíz”, afirma.
Una llamada de atención
El mensaje de Aísa es claro: la prevención de incendios pasa por devolver al mundo rural su papel protagonista. “El valor ecológico y biológico que han alcanzado nuestros montes es porque había gente trabajando y viviendo en ellos”, concluye.
El 'bosque del futuro' que hoy se presenta como solución innovadora, ya lo construyeron quienes durante generaciones hicieron del campo su vida y su sustento. El reto, ahora, es que no sea demasiado tarde para recuperarlo.